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Análisis

Por qué el partidismo amenaza la democracia representativa de EE. UU.

La batalla por redibujar los distritos electorales en los estados sólo profundiza más el verdadero problema: La manipulación de los mapas para favorecer a un partido político.

  • Laura Gómez
septiembre 12, 2025
Redistribución distritos electorales
Eric Gay/AP
  • La manipulación partidista de los mapas electorales profundiza la polarización, haciendo de las elecciones un proceso menos democrático y representativo.
  • La politiquería no debería estar por encima de los principios fundamentales de la democracia: que el poder reside en el pueblo, no en el más astuto en política, y que todos tenemos los mismos derechos políticos.
  • La rama judicial jugará un papel importante en estas batallas estatales por manipular los distritos electorales, pero su alcance es limitado.

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El mes pasado, la promulgación de una ley en Texas que redibujó los mapas de distritos políticos para favorecer a los republicanos del estado —a costas de la representación política de varias comunidades de minorías étnicas o raciales— desató una respuesta de estados demócratas que se ha convertido en una competencia sobre qué partido puede mejor y más rápido manipular el voto de cara a las elecciones de medio término de 2026.

Hay que reconocer que lo que sucedió en Texas es inusual. Después del censo de 2020, los republicanos del estado lograron redibujar el mapa electoral para acaparar cómodamente dos tercios de los escaños federales para la Cámara y Senado, a pesar de que ese partido obtiene entre el 53% y 56% del voto total. Es habitual que los estados redibujen sus distritos electorales después de cada censo decenal.

Pero este año, animados por el presidente Trump, los republicanos de Texas volvieron a la mesa de diseño y cambiaron los mapas agresivamente para acaparar el 80% de los escaños al Congreso.

“Esto es una aterradora manipulación de distrititos electorales. Y, desafortunadamente la mayoría de las nuevas ganancias para los republicanos vienen a costa de las rápidamente crecientes comunidades negras, latinas y asiáticas del estado”, dijo Michael Li, abogado sénior del programa de democracia del Brennan Center.

Una acción partidista. Una reacción partidista.

La respuesta de los demócratas, especialmente en California y otros estados, fue, entonces, proponer también redibujar los mapas electorales en los estados donde tienen mayorías legislativas para garantizar sus escaños en el Congreso.

Esta reacción partidista a una acción partidista no sorprende, explica Li, pero las investigaciones demuestran que la manipulación de distritos electorales se logra a costa de los derechos de las comunidades no blancas.

“En los Estados Unidos, son a menudo los votantes no blancos quienes más pierden en la manipulación de distritos electorales, sin importar si son demócratas o republicanos los que toman estas medidas”, recalcó el experto. “Eso se debe a que a menudo la forma más fácil para que quienes diseñan los mapas logren el resultado partidista deseado es atacar a las comunidades minoritarias”.

Por ejemplo, está lo sucedido en Texas: A pesar de que las comunidades latinas de rápido crecimiento allí son el grupo étnico más grande del estado, los nuevos mapas distritales del Congreso reducen significativamente la representación de las personas latinas, según grupos de activistas de estas comunidades.

Además, la manipulación partidista de los mapas electorales también profundiza la polarización, haciendo de las elecciones un proceso menos democrático y representativo. Esto se debe a que los mapas diseñados para favorecer a cierto partido político reducen la competencia, ya que las elecciones generales están prácticamente ya decididas por la manipulación de distritos electorales. Entonces, las primarias se tornan en la contienda más importante donde los candidatos toman posiciones menos balanceadas que cuando le hablan a votantes de todos los partidos en las elecciones generales.

“En esa situación, las personas candidatas invariablemente empiezan a postular sus mensajes dirigidos al electorado de las elecciones primarias, el cual a menudo tiende a ser más extremo, en vez de hablarle al electorado general”, explicó Li.

El Congreso debe tomar cartas en el asunto

La politiquería no debería estar por encima de los principios fundamentales de la democracia: que el poder reside en el pueblo, no en el más astuto en política, y que todos tenemos los mismos derechos políticos.

La rama judicial jugará un papel importante en estas batallas estatales por manipular los distritos electorales, pero su alcance es limitado. En 2019, la Corte Suprema emitió un fallo sobre este asunto y puntualizó que esa clase de “cuestiones políticas” no podrán ser atendidas por los tribunales federales. Sin embargo, si los mapas son racialmente discriminatorios, sí podrían ser todavía llevados ante la justicia federal.

Ahora avanzan varias demandas que argumentan que los mapas aprobados este año en Texas racialmente discriminan en contra de los votantes negros y latinos. Por eso es muy temprano para saber cómo los nuevos mapas van a afectar las elecciones de 2026, dijo Li. En California, el nuevo mapa tiene que ser aprobado por los votantes en noviembre. Y otros estados todavía están decidiendo qué hacer.

Mientras tanto, el Congreso puede y debe tomar cartas en el asunto.

En 2022, faltó muy poco para que el Congreso aprobara la Ley de Libertad para Votar, la cual, entre otras cosas, buscaba prohibir la manipulación partidista de distritos electorales en toda la nación. También habría prohibido la redistribución de los mapas a mitad de década, a menos de que fuera ordenado por un tribunal por tener deficiencias jurídicas.

Además, habría establecido leyes nacionales uniformes para redibujar los mapas electorales y facilitado a la ciudadanía presentar demandas antes los tribunales en contra de mapas racialmente o políticamente discriminatorios. La propuesta se aprobó en la Cámara, pero fue bloqueada por el obstruccionismo parlamentario de los republicanos.

“Se necesitan estándares nacionales que apliquen a todo el país, a estados tanto demócratas como republicanos. Eso es algo que solo el Congreso puede hacer”, puntualizó Li.