- En las primarias de marzo de 2022, Texas rechazó aproximadamente 12,000 solicitudes de voto por correo y 25,000 boletas de votación por correo.
- Y las personas votantes no blancas fueron mucho más propensas a que se les rechazara su boleta en comparación con los votantes blancos.
Suscríbete aquí al boletín informativo del Brennan Center en español
Las elecciones de medio término de 2022 fueron las primeras elecciones de gran importancia en las que a las personas votantes en Texas les tocó enfrentar una serie de nuevas, confusas y restrictivas normas de votación. Yo soy una de esas personas. Votar en esa elección no fue ni fácil ni económico, y hasta el día de hoy no tengo la certeza de que mi voto contó. Desafortunadamente, las cosas no han mejorado desde entonces —y son miles los residentes de Texas que están en una situación similar.
Los problemas son el resultado del Proyecto de Ley del Senado 1 (Senate Bill 1), promulgado en 2021. Entre otras cosas, impuso nuevas sanciones a las personas que ayudan a los votantes a emitir su boleta electoral y restringió la capacidad de las organizaciones comunitarias y religiosas para organizar eventos no partidistas que promueven la participación ciudadana en las elecciones. Personalmente, me parece que lo más confuso fue requirir a las personas votantes incluir los últimos cuatro números de su licencia de conducir o de su seguro social en las solicitudes y en las boletas de votación por correo.
Mi familia es del condado de Comal, y como estudiante del Bowdoin College en Maine, he estado votando en las elecciones de Texas por medio de una boleta de voto en ausencia. Un mes antes del día de las elecciones, imprimí y llené mi solicitud para votar por correo. Decidí llenar la solicitud utilizando los últimos cuatro dígitos de mi licencia de conducir. Luego, me enteré de que este número debe coincidir con el número con el que me inscribí para votar hace más de un año y no recordaba si había utilizado mi licencia de conducir o el número de seguro social.
Unas semanas después, recibí un aviso del despacho de la secretaría del condado notificándome que mi solicitud fue rechazada porque el número de identificación que utilicé no coincidía con la información en mi registro de votante. Inmediatamente contacté a la oficina de la secretaría para buscar ayuda y entender cuál fue el problema con mí, aparentemente, incongruente solicitud. Pregunté qué tipo de identificación tenían en mi expediente de votante, pero me dijeron que no sabían. Me dijeron que presentara otra vez mi solicitud de voto en ausencia —sin darme claridad o instrucción alguna sobre qué tipo de información de identificación debería incluir.
Busqué información en línea sobre qué hacer y vi que usuarios en las redes sugerían a los votantes incluir, para ser excesivamente cautos, tanto una parte del número de seguro social como el número de la licencia de conducir.
Esta estrategia funcionó, pero no recibí mi boleta de voto por correo hasta el día de las elecciones —y el plazo para que el estado recibiera la boleta se cumplía al día siguiente, entonces tuve que enviarla por un servicio exprés que me costó $50.
Al rastrear la boleta a través de la empresa de envíos, validé que mi boleta llegó a su destino el día después de las elecciones. Pero no pude validar en el portal de rastreo del estado si la oficina local de elecciones recibió mi boleta a tiempo. Hasta el día de hoy, no tengo la certeza de que mi voto haya sido contado.
Luego me enteré de que mi experiencia no fue la única y eso me inspiró a participar en iniciativas que protegen los derechos de los votantes. Actualmente, soy pasante en el Brennan Center, cuyas investigaciones revelaron que este único nuevo requisito provocó una privación masiva del derecho al voto.
Solamente en las primarias de marzo de 2022, Texas rechazó aproximadamente 12,000 solicitudes de voto por correo y 25,000 boletas de votación por correo —y las personas votantes no blancas fueron mucho más propensas a que se les rechazara su boleta en comparación con los votantes blancos. Además, un estudio que le dio seguimiento al tema reveló que tales rechazos disuadieron a la gente de intentar votar en el futuro.
El Brennan Center y otros grupos han presentado demandas para impugnar esta y otras disposiciones de la ley S.B. 1. A principios de este año, un tribunal federal anuló varias partes de la ley, pero ese fallo está suspendido mientras la apelación está en marcha. Ese litigio incluye argumentos basados en la Ley de Derecho al Voto. Esta semana se cumplen 60 años desde su aprobación. Este y otros casos similares recalcan lo importante que siguen siendo hoy en día las protecciones jurídicas contenidas en esta ley histórica.
Desafortunadamente, la Corte Suprema ha debilitado la Ley de Derecho al Voto, haciendo que sea más difícil tener éxito en demandas contra políticas públicas para suprimir el voto. Los legisladores deberían proponerse facilitar la participar en la democracia, no dificultarla.
Abigail Martin es pasante en el Brennan Center y estudiante del Bowdoin College.
Traducción de Laura Gómez