Cuando las autoridades electorales eliminan nombres de los padrones electorales con el objetivo de borrar registros desactualizados o borrar a personas registradas que en realidad no pueden votar, a este proceso se le llama “purga de votantes”. A veces se purga a votantes elegibles por error. Como consecuencia, estas personas votantes pueden no recibir sus boletas de voto en ausencia como de costumbre o pueden encontrarse con que, cuando van a votar el día de las elecciones, no pueden votar con una boleta regular.
Durante las últimas dos décadas, muchas jurisdicciones han aumentado significativamente el porcentaje de purgas de los padrones electorales. Según la Comisión de Asistencia Electoral de Estados Unidos (EAC, por sus siglas en inglés), se han eliminado de los padrones electorales a más de 19 millones de votantes entre 2020 y 2022. Este es un aumento del 21 por ciento si se lo compara con el período entre 2014 y 2016, en el que ya se había observado un aumento del 33 por ciento con respecto al número de votantes eliminados entre 2006 y 2008. Además de incrementar el riesgo de llevar a cabo purgas imprecisas, los grupos negacionistas de elecciones han estado impugnando la elegibilidad de votantes masivamente, y presionando a funcionarios para que investiguen a grandes cantidades de votantes basándose en información desactualizada o no confiable.
El Brennan Center aboga para garantizar que las purgas de votantes no sean discriminatorias ni priven a personas ciudadanas elegibles de su derecho al voto.