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Análisis

La agenda antivoto de Trump se cristaliza

La administración es ahora la principal amenaza contra la integridad de las elecciones.

agosto 5, 2025
citizens in line to vote
Yuki Iwamura/AP
  • Este año, ha surgido una nueva amenaza contra las elecciones libres y justas: el propio gobierno federal.
  • Esta estrategia ha sido menos visible que otros arrebatos de poder más drásticos, como la imposición unilateral de aranceles, el despliegue de las fuerzas militares en varias ciudades estadounidenses y más.

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¿Serán las personas votantes quienes tengan la última palabra en 2026?

En los últimos años, a pesar de la pandemia, la violencia y la intensa presión, las elecciones en los Estados Unidos fueron seguras, y sus resultados, precisos. Las autoridades electorales trabajaron en equipo más allá de sus afiliaciones políticas. El sistema resistió.

Pero, este año, ha surgido una nueva amenaza contra las elecciones libres y justas: el propio gobierno federal.

Ahora es evidente que la administración Trump está lanzando una campaña para menoscabar las elecciones en Estados Unidos. Un importante nuevo análisis del Brennan Center utiliza los hechos para explicar la realidad. Todo esto no tiene precedentes. En muchos casos, es ilegal. Es alarmante. Y ha comenzado a ocurrir a plena vista.

Esta estrategia ha sido menos visible que otros arrebatos de poder más drásticos, como la imposición unilateral de aranceles, el despliegue de las fuerzas militares en varias ciudades estadounidenses y más. Pero, tal como lo indica mi colega Jasleen Singh, “Se observa un patrón evidente que sugiere un esfuerzo cada vez mayor. A medida que se acercan las elecciones de medio término de 2026, ese esfuerzo probablemente gane impulso”.

Algunas partes son bien conocidas y otras se han desplegado en silencio.

Trump ha desmantelado la agencia que proporciona apoyo a los estados en materia de seguridad electoral y despidió a su personal experto, las mismas personas a las que los estados han recurrido para obtener ayuda.

Una orden ejecutiva intentó exigirle a la población estadounidense presentar un pasaporte o un documento equivalente para registrarse para votar en las elecciones federales, documentos que millones de ciudadanos simplemente no tienen. (Un tribunal federal ha bloqueado esta mala idea en una demanda judicial presentada por el Brennan Center y otros grupos).

La administración ha exigido a los estados que le den al Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) acceso a sus padrones electorales, que contienen información personal, para que la agencia busque casos de fraude. (¡¿Qué podría salir mal?!). De acuerdo con Associated Press, el Departamento de Justicia ya ha solicitado acceso a información sobre votantes en 19 estados.

Incluso han tratado de eliminar la autorización federal de las máquinas de votación utilizadas en todo el país.

Y, en los últimos días, la Casa Blanca ha prestado su apoyo a los republicanos de la Legislatura Estatal de Texas en su esfuerzo de aprobar uno de los mapas congresuales más manipulados en la historia de la nación, incluso más manipulado que el que el partido republicano había trazado al comienzo de la década. Sería un caso grave y escandaloso donde la clase política elige a sus votantes, en lugar de ser al revés.

Seguro vendrán más. Hace poco, el presidente visitó el Departamento de Justicia, donde declaró que las personas responsables de las “sucias” elecciones de 2020 “deberían ir a la cárcel”. Se han creado grupos de tareas de procesamiento judicial en Washington, DC, y Nueva Jersey.

Estos funcionarios federales están buscando presentar cargos contra autoridades electorales estatales. El presidente ya emitió órdenes ejecutivas contra un ex alto funcionario del gobierno y otras personas por su trabajo a la hora de proteger las elecciones y el derecho al voto.

En 2020, el intento de Trump de anular las elecciones fue desordenado y caótico. Al final, muchos funcionarios estatales y federales le pusieron un freno. Su propio fiscal general desestimó las alegaciones de fraude con un fuerte epíteto.

Ahora, el ejecutivo es el instrumento político de ataque. Muchos negacionistas de elecciones ocupan altos cargos en el Departamento de Justicia. La nueva encargada de la sección de derechos civiles, Harmeet Dhillon, declaró que estaba trabajando para “dar la vuelta al tren y dirigirlo a la dirección contraria”.

Todo esto es más que tan solo política, más que las habituales peleas por las reglas y las luchas por una ventaja momentánea. Que el gobierno federal intervenga de esta forma —que el presidente intente personalmente arrebatar el poder para intervenir en nuestro sistema electoral con tanto descaro— no tiene precedentes. Y, sin lugar a dudas, va en contra de la ley.

Los presidentes no administran las elecciones. La Constitución confiere a los estados la responsabilidad de administrar las elecciones federales. El Congreso puede establecer las normas nacionales. Pero el presidente desempeña un rol muy limitado, prácticamente inexistente.

Este es el esfuerzo personal de un presidente displicente en su segundo mandato, que quiere controlar aspectos fundamentales del sistema electoral, apenas unos meses antes de una importante elección legislativa de medio término.

¿Por qué hacer todo esto? Las amenazas, el ruido, las investigaciones y las alegaciones falsas de fraude pueden sembrar la duda y desacreditar resultados válidos. Todo este clamor hará más difícil que las autoridades electorales y las personas ciudadanas voluntarias resistan con valentía a la presión presidencial para cambiar resultados.

En 2020, 2022 y 2024, las elecciones en los Estados Unidos aguantaron una presión increíble. Pueden hacerlo otra vez, pero se requerirá de vigilancia, coraje y la feroz determinación de defender la democracia. Esta es la esencia del verdadero patriotismo.

Las autoridades electorales estatales deben seguir defendiendo al electorado. En el Brennan Center, estamos trabajando para dar apoyo a estos héroes y heroínas silenciosos que luchan por nuestro sistema. Estamos armándolos con información, por ejemplo, sobre qué solicitudes de datos son indebidos.

Los tribunales también deben actuar, y algunos ya lo han hecho.

A fin de cuentas, dependerá de las personas que votan. Es más difícil manipular una elección cuando el pueblo está mirando… y gritando. Una alta participación en las elecciones puede vencer cualquier intento de fraude.

Así que mantengámonos alertas. Esta gran lucha se convertirá en un acontecimiento cada vez más importante, a medida que nos acercamos al próximo noviembre y, sin dudas, en el futuro más lejano. Todo esto es mucho más que los típicos choques entre partidos políticos.

La Declaración de Independencia proclamó que el gobierno es legítimo, solo cuando se asienta sobre “el consentimiento de los gobernados”. En el Brennan Center, haremos nuestra parte para defender al electorado y proteger el sistema.

Traducción de Ana Lis Salotti