- El sector de la IA ha invertido cuantiosas sumas para ejercer presión política.
- El principal súper-PAC trumpista, MAGA Inc., recaudó la cifra récord de $200 millones en los ocho meses siguientes a la reelección de Trump, casi exclusivamente de donantes que contribuyeron $1 millón o más.
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A medida que nos adentramos en el ciclo electoral 2025-2026, el Brennan Center está lanzando un resumen periódico de acontecimientos relacionados con el dinero en la política. Aquí evaluaremos las tendencias clave de recaudación de fondos, profundizaremos en noticias que pasan desapercibidas y señalaremos los últimos sucesos en materia de financiación de campañas y corrupción política.
Esta edición analiza las donaciones realizadas para influenciar en las decisiones del gobierno federal a fin de regular (o no) la industria de la inteligencia artificial (IA) de rápido crecimiento, las últimas tendencias de financiación de los supercomités de acción política, o súper-PAC, a nivel federal, y el gasto récord en las elecciones para gobernador de Nueva Jersey y Virginia.
A medida que nos acercamos a noviembre de 2026, continuaremos evaluando el gasto en todo el país, desde las contiendas por la corte suprema de Pensilvania hasta las elecciones de medio término para el Congreso.
La IA en Washington: el gasto de esta industria para influir en las políticas federales
Por Anna Massoglia
Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI que estuvo a cargo del lanzamiento de ChatGPT, antes era un demócrata registrado que donaba principalmente a candidatos liberales o progresistas. Donó sumas de seis dígitos a favor de la campaña presidencial de Joe Biden en 2020 y de demócratas en el Senado.
Eso fue antes de que el segundo mandato de Trump trajera a Washington nuevos enfrentamientos por la regulación de la IA. A comienzos de este año, los republicanos incluyeron una moratoria sobre la regulación de la IA en el proyecto de ley presupuestario impulsado por Trump.
Esa moratoria habría impedido legislaciones estatales que buscan evitar el empleo de la IA con fines discriminatorios, proteger a menores de posibles manipulaciones o exigir más transparencia para el consumidor, por nombrar solo algunos ejemplos. Habría sido una enorme victoria para la industria de la IA. Si bien la propuesta no se aprobó, brinda una interesante perspectiva de las cambiantes lealtades económicas de Sam Altman y sus pares.
En octubre, un mes antes de las elecciones de 2024, Altman les donó a los senadores Ted Cruz (R-TX) y Marsha Blackburn (R-TN) $3,300 a cada uno, que era el máximo permitido por la ley federal en ese momento. Luego, los dos senadores se convirtieron en sus defensores clave en la lucha por incluir la prohibición federal sobre las regulaciones estatales de la IA en la ley de reconciliación presupuestaria impulsada por Trump.
Cuando Trump derrotó a Kamala Harris, Altman cultivó una buena relación con el presidente electo. Altman donó a su fondo inaugural $1 millón de dólares, la contribución política directa más grande que hizo Altman en su vida. Una semana antes de la inauguración de Trump, Tools for Humanity, otra compañía cofundada por Altman, contribuyó $5 millones a MAGA Inc., el principal súper-PAC trumpista. Esta es la única contribución que reveló la compañía en sus informes federales de divulgación de financiación de campañas.
Este año, Altman donó las sumas máximas permitidas por la ley a varios congresistas republicanos que han propiciado los intereses políticos de la industria de la IA de diferentes formas. Entre ellos, se cuentan el senador Thom Tillis (R-NC), el único senador que votó a favor de la moratoria sobre la regulación de la IA en la ley de reconciliación presupuestaria, y Brett Guthrie (R-KY), presidente del Comité de Comercio y Energía de la Cámara de Representantes, que respaldó la moratoria y prometió continuar sus esfuerzos para excluir cualquier ley estatal sobre IA.
Altman también donó el máximo permitido por la ley al representante Darin LaHood (R-IL), que ha liderado políticas en contra de las compañías chinas que compiten con firmas estadounidenses de IA, y al senador Mike Rounds (R-SD), miembro del grupo de trabajo bipartidario sobre IA del Senado.
Altman también ha seguido apoyando a algunos demócratas. Según trascendió, en marzo, Altman organizó un evento de recaudación de fondos exclusivo para el sector de la IA a favor del senador Mark Warner de Virginia, que ha presentado legislación para regular la IA, pero también ha fomentado la inversión en este sector.
Este cambio en los hábitos de donación de Altman refleja una tendencia más amplia dentro de la industria de la IA que está gastando cada vez más para influir en la política. Google contribuyó $1 millón de dólares para la inauguración de Trump, mientras solicitaba excepciones para que su compañía pudiera entrenar modelos de IA con material protegido por derechos de autor. Amazon, Meta y Nvidia también le dieron $1 millón cada uno, y Microsoft aportó $750,000.
Si esta tendencia continúa, el gasto político de este sector durante el ciclo electoral de 2026 podría alcanzar niveles astronómicos.
Hace poco, líderes de la industria de la IA anunciaron el lanzamiento de Leading the Future, una red de súper-PAC y fundaciones 501(c)(4) que anticipan recaudar $100 millones de parte de ejecutivos e inversores del sector de la IA. Por otro lado, Meta ha prometido decenas de millones de dólares para financiar otros dos grupos: uno centrado en California y otro a favor de candidatos estatales de todo el país.
Leading the Future recibirá fondos de las principales figuras del mundo de la IA. Los inversores de capital de riesgo Marc Andreessen y Ben Horowitz, cuya firma de capitales ha invertido en muchísimas empresas startups de IA y criptomonedas, prometieron $50 millones. Durante el último ciclo, Andreessen y Horowitz donaron $70 millones a súper-PAC centradas en criptomonedas como Fairshake y otros $7 millones al grupo trumpista Right for America.
Greg Brockman, que cofundó y lidera OpenAI, y su esposa, Anna Brockman, se comprometieron a aportar otros $50 millones a favor de este nuevo emprendimiento político del sector de la IA. Los Brockman nunca antes han realizado donaciones políticas de esta magnitud.
Otros donantes conocidos de Leading the Future incluyen al inversor de capital de riesgo Ron Conway, conocido como el “padrino de Silicon Valley”, y el cofundador de Palantir, Joe Lonsdale, que ahora dirige la firma de capital de riesgo 8VC. Si bien Conway es donante demócrata y apoyó a Harris en las elecciones de 2024, Lonsdale ha contribuido a grupos republicanos, por ejemplo, cuando donó $1 millón al PAC América de Elon Musk, que apoyó la candidatura de Trump en 2024.
El sector de la IA también ha invertido cuantiosas sumas para ejercer presión política. OpenAI gastó $1.8 millones en actividades de lobby a nivel federal en 2024 y luego se embarcó en una fuerte campaña de contratación de lobistas después de la reelección de Trump. La compañía gastó más de $1.7 millones en esfuerzos de lobby a nivel federal durante la primera mitad de 2025, que perfila ser un año récord.
Las crecientes inversiones de la industria de la IA en cuestiones de políticas federales ya están dando sus frutos. Trump comenzó su día de inauguración anulando las regulaciones de Biden diseñadas para evitar que la IA ocasione daños.
En julio, Trump llenó el vacío cuando lanzó el “Plan de acción para la IA de los Estados Unidos”, un plan que describe más de 90 medidas federales principalmente dedicadas a ayudar al sector de la IA en Estados Unidos mediante la desregulación, la inversión en infraestructura y el dominio en la esfera internacional. Gran parte de ese plan coincide con los puntos que han planteado muchos lobistas de la industria de la IA, al tiempo que esquiva temas más controversiales, como la seguridad de la IA y los costos para el medioambiente.
La lucha por las políticas sobre IA está lejos de acabar. Quienes apoyaron la moratoria sobre la regulación de la IA en la ley presupuestaria ya han dado indicios de estar planeando una nueva versión y, sin duda, habrá más debates sobre políticas en el futuro.
Grandes donaciones en un año impar
Los años donde no hay elecciones, como el 2025, pueden ser tranquilos en el mundo de la financiación de campañas, ya que las elecciones federales habituales no se llevan a cabo y hay muy pocas elecciones estatales.
Pero este año es diferente. El principal súper-PAC trumpista, MAGA Inc., recaudó la cifra récord de $200 millones en los ocho meses siguientes a la reelección de Trump, casi exclusivamente de donantes que contribuyeron $1 millón o más. Esta suma es más de seis veces que el récord anterior, que habían alcanzado los grupos a favor de Biden en 2021. Esta recaudación es aún más impresionante porque apoya a un presidente al que la Constitución le prohíbe ser reelecto.
Hay solo dos estados que este año tendrán elecciones para gobernador —Nueva Jersey y Virginia— y se perfilan para alcanzar un nivel histórico de gasto, con contribuciones de seis y siete dígitos. Dos grupos de gasto independiente afiliados a los partidos nacionales, la Asociación de Gobernadores Demócratas y la Asociación de Gobernadores Republicanos, son algunos de los principales donantes en las dos contiendas.
Pero también hemos visto algunos súper-PAC en Nueva Jersey que están recibiendo financiación de fuentes anónimas. Y en Virginia, donde no hay límites sobre las contribuciones a candidatos, el candidato republicano y la candidata demócrata se están beneficiando de los intereses de la industria energética y de sus opositores, respectivamente.
Las grandes donaciones también se están acumulando en la contienda por la proposición 50 de California, una medida electoral que permitiría a la legislatura estatal reconfigurar el mapa de los distritos congresuales del estado. La recaudación de fondos para esta medida ha alcanzado los $130 millones, en su mayoría a favor de la redistribución de distritos. Este esfuerzo es ampliamente considerado como una represalia del partido demócrata por la reconfiguración de Texas de su propio mapa para tener más escaños republicanos en la Cámara de Representantes.
Noticias sobre la financiación de campañas que estamos siguiendo
Los indultos de Trump borran condenas por corrupción. El presidente Trump emitió una ola de indultos este verano a favor de donantes de campañas y expolíticos que habían sido condenados por corrupción o fraude. Estos indultos le siguieron a la controversial decisión de la administración de abandonar los cargos de corrupción que pesaban sobre el alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams (D). Se sabe que otros políticos deshonrados, como el exsenador Bob Menendez (D-NJ) y el expresidente de la Cámara de Representantes de Ohio Larry Householder (R), esperan recibir indultos parecidos.
Los fondos del sector de las criptomonedas para las elecciones de medio término. El sector de las criptomonedas está acumulando una enorme arca de fondos para usos políticos. Fairshake, súper-PAC a favor de la industria de las criptomonedas, posee $141 millones, más de lo que gastaron en total Fairshake y otros dos súper-PAC afiliados durante las elecciones de 2024.
En agosto, los gemelos Winklevoss —fundadores del mercado de criptomonedas Gemini— lanzaron un súper-PAC con $21 millones a fin de propiciar la agenda de Trump en materia de criptomonedas. Este sector fue uno de los grupos de intereses especiales que más donaron en 2024, con un gasto en el orden de los $40 millones a favor de la elección del senador de Ohio Bernie Moreno (R) y $10 millones tanto para la senadora de Michigan Elissa Slotkin (D) como para el senador de Arizona Ruben Gallego (D).
La financiación de campañas no es la única forma en que esta industria está influenciando la política: a este gigantesco gasto en las elecciones se le suma un fuerte esfuerzo de lobby a favor de las criptomonedas y las inversiones en criptomonedas de Trump y su familia.
La financiación pública avanza. Para el ciclo electoral de 2026, tres condados en Maryland —los condados de Anne Arundel, Baltimore y Prince George— tendrán vigentes nuevos programas que multiplican pequeñas donaciones de campaña mediante fondos públicos. El programa de pequeñas donaciones del estado de Nueva York estará disponible para las contiendas a gobernador y otros cargos estatales por primera vez en 2026, tras un exitoso debut en las elecciones legislativas del año pasado.
En las elecciones de agosto, el electorado de Seattle votó por continuar con los cupones para la democracia de la ciudad. Se preveía que la fuente de financiación de este programa caducaría 10 años después de su promulgación, pero la medida electoral para renovarla fue aprobada con un margen de 19 puntos.
La Comisión Federal de Elecciones sin cuórum. Un comisionado de la Comisión Federal de Elecciones de los EE. UU. (FEC), nombrado por el partido republicano, renunció el mes pasado, lo cual deja a este organismo de control de la financiación de campañas con solo dos cargos ocupados de los seis existentes. Esta agencia no ha tenido cuórum desde mayo, cuando renunció otro comisionado, también nombrado por el partido republicano.
Esta es la tercera vez que la FEC no tiene cuórum en los últimos diez años. Esta falta de comisionados ha sido exacerbada por la movida sin precedentes del presidente Trump de despedir en febrero a una comisionada nombrada por el partido demócrata, siendo esta la primera vez en la historia que un presidente despide a un comisionado del partido contrario. La Casa Blanca no ha indicado cuándo nominará a nuevos comisionados para ocupar los cargos vacantes.
Acontecimientos judiciales: los tribunales se pronuncian sobre las reformas de financiación de campañas
Durante esta sesión, la Corte Suprema considerará la constitucionalidad de una importante ley de financiación de campañas por primera vez en más de diez años. La Corte acordó oír un caso en el que el Comité Nacional Republicano del Senado disputa los límites impuestos sobre las sumas de dinero que pueden gastar los partidos políticos en coordinación con los candidatos.
Sin esos límites, los candidatos podrían controlar la recaudación de fondos de donantes que contribuyen a su partido hasta $310,100 por año, una suma que es casi 90 veces más alta que el máximo que puede darle legalmente un donante a un candidato. El Brennan Center presentó un escrito de amicus curiae en el que exhortamos a los magistrados a rechazar esta demanda. La presentación de alegatos está programada para diciembre.
Mientras tanto, los tribunales federales inferiores hace poco anularon dos leyes aprobadas por la gran mayoría de votantes de Maine que votó para frenar la influencia del dinero en la política. Una ley, bloqueada por el Tribunal de Apelaciones del Primer Circuito, les prohibía a los gobiernos extranjeros realizar donaciones en nuestras elecciones. La otra, bloqueada por el tribunal de distrito, limitaba cuánto podían contribuir las personas a los súper-PAC.
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Traducción de Ana Lis Salotti