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Rmcarvalho/Getty
Análisis

Estas elecciones de año impar batieron récords en gastos

Varias de las elecciones estatales y locales de este año recaudaron contribuciones récords, en especial de los súper-PAC financiados por megadonantes.

diciembre 1, 2025
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diciembre 1, 2025
  • A nivel nacional, los aumentos en los gastos en las elecciones provienen principalmente de donantes adinerados que tienen una agenda política determinada.
  • Este año demostró que no siempre gana el que tiene más dinero.

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Las elecciones estatales del año siguiente al de una contienda presidencial suelen considerarse como barómetros que miden qué partido político se encuentra mejor posicionado. Las elecciones de este año fueron probables indicadores de otra tendencia: varias de las contiendas recaudaron niveles históricos de donaciones.

Desde el comienzo de la era de la decisión del caso Citizens United, ha habido un aumento astronómico en los gastos en las elecciones, cuya mayor parte ha provenido de los donantes más grandes. Esta tendencia probablemente continúe incrementándose.

El gasto total en Nueva Jersey, Pensilvania y Virginia alcanzó un nuevo récord. California y la ciudad de Nueva York batieron su marca histórica en gastos independientes. Esta es una señal de que el costo de las elecciones sigue aumentando aun en elecciones estatales y locales, impulsadas por las grandes contribuciones provenientes de todo el país y por una sensación de que hay mucho en juego, incluso para cargos que antes no se consideraban de mucha importancia a nivel nacional.

Las elecciones para gobernador de Nueva Jersey fueron las más caras en la historia del estado. Aún no se tienen los totales finales, pero es probable que hayan superado los $200 millones. Las encuestas pronosticaban una contienda reñida, pero al final la demócrata Mikie Sherrill ganó con un cómodo margen. El récord anterior en gastos electorales se registró en 2005, cuando se llegó a $144 millones, ajustados por inflación.

Dado que este año los dos candidatos principales participaron en un sistema de financiamiento público que limitó sus gastos, las mayores contribuciones fueron los gastos independientes provenientes de supercomités de acción política, o súper-PAC, que incluyeron a varios grupos nacionales.

Virginia fue el único otro estado que tuvo elecciones para gobernador este año. Y con $102 millones, fueron las segundas elecciones más caras en la historia del estado. Pero la verdadera sorpresa fue la contienda para fiscal general del estado: costó $40 millones y fueron las elecciones para fiscal general más caras en la historia no solo de Virginia, sino de todo Estados Unidos. Varios grupos republicanos nacionales invirtieron muchísimo en esta contienda de octubre, después de que explotara un escándalo en torno a la revelación de unos mensajes de textos con lenguaje violento que había enviado el candidato demócrata, Jay Jones. Aun así, Jones terminó ganando.

En Pensilvania, se celebraron reelecciones para tres de los siete cargos de magistrados de la corte suprema estatal, de modo que el electorado tuvo la oportunidad de elegir si quería darles a estos tres magistrados un nuevo mandato de otros 10 años o quitarles el cargo.

Dado que los tres magistrados formaban parte de la mayoría liberal de la corte, estas elecciones podrían haber alterado la composición ideológica del tribunal. Se invirtieron sumas astronómicas que, según se prevé, superarán los $15 millones cuando se calculen los totales finales, lo cual la convertirá en la reelección más cara del estado. El electorado votó a favor de la retención de los tres magistrados.

California atrajo la atención nacional durante su contienda por la Proposición 50, una medida incluida en la boleta que le permitiría a la legislatura estatal volver a trazar su mapa de distritos para el Congreso. Este fue uno de los campos de batalla en la guerra de redistribución de distritos que explotó este año a mitad de la década; esta propuesta constituyó la represalia que tomó el partido demócrata por una ley de redistribución de distritos a favor de los republicanos en Texas.

La contienda por la Propuesta 50 fue una de las 10 elecciones más caras que se hayan celebrado sobre una medida electoral en la historia de California. El gasto independiente por parte de los grupos que no eran parte de los principales comités de campaña a favor o en contra de la propuesta llegó a un máximo histórico.

El gasto total favoreció ampliamente la Propuesta 50, que fue aprobada por el voto popular. El comité a favor de la propuesta recaudó tanto dinero en tan poco tiempo que el sitio web del estado tuvo problemas para mostrar los montos actualizados y, en octubre, ante semejante esfuerzo, el gobernador Gavin Newsom le dijo a las personas que podían dejar de donar.

Por último, en la contienda para alcalde de la ciudad de Nueva York, se batió un récord en los gastos independientes. Si bien el gasto por parte de los candidatos disminuyó en comparación con las últimas elecciones, los $65 millones contribuidos por los súper-PAC y otros grupos externos casi duplicaron la marca histórica anterior.

Al igual que en Nueva Jersey, los dos candidatos principales participaron en el sistema de financiación pública de la ciudad, que recompensa a los candidatos que recaudan pequeñas donaciones de las personas residentes de la ciudad y limita las contribuciones de sus propias campañas. Las grandes donaciones —algunas multimillonarias— se destinaron a los súper-PAC, que en su mayoría atacaron al candidato ganador, el demócrata Zohran Mamdani.

A nivel nacional, los aumentos en los gastos en las elecciones provienen principalmente de donantes adinerados que tienen una agenda política determinada. Este año demostró que no siempre gana el que tiene más dinero. Y que los programas de financiación pública, como el de la ciudad de Nueva York, pueden potenciar campañas impulsadas por el pueblo, más allá del destino de las grandes donaciones.

Pero, a menudo, los dos bandos tienen megadonantes que los respaldan, lo cual nos hace preguntarnos cuánto influyen estos megadonantes en la agenda política de los funcionarios electos que les deben un favor.

Traducción de Ana Lis Salotti.