No hay una solución mágica para resolver los mayores riesgos de seguridad que presentan los rápidos avances de la tecnología de la IA y su amplia disponibilidad. Sin embargo, en términos generales, el gobierno y el sector privado deben tomar medidas en cinco áreas para mitigar esta mayor amenaza: 1) crear sistemas electorales más seguros y resilientes; 2) brindarles a las autoridades electorales más soporte técnico para salvaguardar la infraestructura electoral; 3) darle a la población formas para confirmar la autenticidad de las comunicaciones electorales oficiales y detectar los contenidos falsos; 4) ofrecer a los trabajadores electorales capacitaciones y recursos específicos sobre la IA y 5) combatir con efectividad las narrativas falsas generadas por la IA o sobre ella.
A. Incorporar más seguridad y resiliencia en los sistemas electorales
Si bien la nación ya ha efectuado importantes avances en materia de seguridad electoral en los últimos diez años, la probabilidad de que la IA vaya a potenciar las amenazas de seguridad hace aún más esencial que se adopten las salvaguardas existentes —algunas de las cuales emplean técnicas de IA— y se creen nuevas para que las autoridades electorales puedan prevenir, detectar y recuperarse de posibles ciberataques contra la infraestructura electoral.
Algunas jurisdicciones todavía deben ampliar su uso dela autenticación multifactor, que la directora de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA por sus siglas en inglés), Jen Easterly, ha definido como el paso más importante que pueden dar los usuarios para combatir las amenazas a la ciberseguridad.
La autenticación multifactor exige que los usuarios deban presentar una combinación de algo que conocen (por ejemplo, una contraseña), algo que tienen (por ejemplo, una app de autenticación en un teléfono celular que recibe un código o una solicitud de verificación) o alguna forma de identificación biométrica (por ejemplo, una huella dactilar).
Los especialistas en seguridad han recomendado desde hace mucho tiempo la autenticación multifactor, pero su adopción no ha sido universal. Las autoridades estatales y locales deben garantizar una adopción aún más amplia de esta medida de seguridad fundamental.
También se debe contar con una planeación de resiliencia efectiva. Aun cuando se lleven a cabo con éxito ciberataques asistidos por IA, no se puede permitir que le impidan a la ciudadanía emitir su voto o al gobierno contar esos votos con precisión.
Los estados han realizado avances extraordinarios para mejorar la resiliencia de sus sistemas durante la última década e incluso han recurrido ampliamente al uso de las boletas en papel en las que el votante debe marcar sus preferencias. El Brennan Center calculó que, en 2022, el 93 por ciento de las personas que votaron —entre ellas, casi todas las que votaron en los estados clave más disputados— votaron con boletas en papel.
Pero sigue habiendo deficiencias en la resiliencia de los sistemas electorales. Por ejemplo, las boletas en papel son una medida de seguridad útil solo cuando se las utiliza para verificar los resultados electrónicos. Más estados deben realizar auditorías posteriores a las elecciones, donde se compare un subgrupo de boletas en papel con los conteos electrónicos.
Al año 2022, ocho estados aún no requieren la realización de ningún tipo de auditoría posterior a las elecciones. Incluso entre los 42 estados que sí lo hacen, la eficacia de las auditorías como una herramienta para detectar ciberataques y errores técnicos varía ampliamente de caso en caso.
Los proveedores de sistemas electorales son también objeto de posibles ataques. El Brennan Center ya detalló las formas en que el gobierno federal podría exigir la implementación de mejores prácticas de seguridad electoral —que incluyan una planeación de seguridad y resiliencia más consolidada— para los proveedores del sector electoral, del mismo modo que lo hace para los proveedores de otros sectores gubernamentales que prestan infraestructura considerada fundamental. Estos estándares deben incluir directrices para el uso de la IA y su divulgación durante el trabajo de los proveedores de sistemas electorales para identificar posibles riesgos de seguridad.
B. Brindarles a las autoridades electorales locales más soporte técnico para proteger la infraestructura electoral
En el sistema electoral descentralizado de los Estados Unidos, las jurisdicciones locales de pocos recursos, potencialmente vulnerables y con una capacidad limitada de combatir ataques de ciberseguridad presentan una de las vulnerabilidades más preocupantes. Estas oficinas electorales tienen muy pocos o nada de conocimientos especializados sobre ciberseguridad y suelen depender de otras oficinas de su condado o municipalidad para obtener soporte informático. Aun así, las autoridades que ejercen sus funciones en estas oficinas tienen el mismo deber monumental de desempeñarse como figuras de seguridad nacional de primera línea.
Este reto solo incrementará a medida que disminuyan los obstáculos de lanzar ataques sofisticados contra la ciberseguridad. Los gobiernos estatales y federal deben tomar más medidas para proteger a las jurisdicciones locales de este tipo de ataques.
1. Invertir en IA para proteger la infraestructura electoral
La ciberseguridad es una carrera sin meta. En los años venideros, es probable que la IA ofrezca herramientas más poderosas para hackear nuestra infraestructura electoral. Es también probable que ofrezca herramientas poderosas para defenderla, pero solo si el gobierno se esfuerza en asegurarse de que sus autoridades electorales tengan acceso a esas herramientas y comprendan cómo utilizarlas.
Las autoridades electorales necesitan con urgencia herramientas asistidas por IA para combatir los ciberataques cada vez más sofisticados y frecuentes. El gobierno federal debe priorizar el desarrollo de este tipo de herramientas y trabajar para garantizar la suficiente infraestructura en la que se puedan implementar por todo el país.
A nivel estatal, ello implica diseñar programas cibernéticos que empleen a profesionales de la ciberseguridad y la administración electoral para que trabajen en estrecha colaboración con las autoridades electorales con el fin de evaluar la seguridad de los sistemas, identificar posibles vulnerabilidades y crear estrategias individualizadas para mitigar los riesgos. A nivel federal, podría significar el despliegue de más consultores de ciberseguridad, es decir, personas expertas y capacitadas en ciberseguridad que puedan asistir a las autoridades locales y estatales.
2. Impulsar la inversión de empresas tecnológicas en herramientas gratuitas y de bajo costo que aumenten la seguridad, confianza y transparencia en las elecciones
Las empresas que desarrollan herramientas de IA no deben esperar a que el gobierno publique mandatos o que se conviertan en realidad las amenazas más peligrosas de la IA contra la democracia. Deben ponerse a trabajar ahora mismo para ayudar activamente a las autoridades electorales a comprender los riesgos que señalamos antes.
En términos específicos, deben considerar cómo su trabajo puede repercutir en el sector de la ciberseguridad, incluso en la seguridad electoral, y ampliar sus ofertas y contribuciones proactivas para fomentar un entorno sano de información electoral. Entre otras cosas, pueden invertir recursos en organizaciones sin fines de lucro y programas tales como la Election Technology Initiative, una iniciativa que busca mantener, apoyar y ofrecer tecnologías para que las autoridades de administración electoral puedan aumentar la confianza y transparencia en las elecciones.
C. Autenticar las comunicaciones electorales oficiales y ayudar al público a detectar contenido falsificado
Las oficinas y autoridades electorales fueron un baluarte fundamental contra las mentiras del robo de las elecciones de 2020. Como consecuencia, aquellas personas que buscan socavar la confianza en la democracia de los Estados Unidos siguen eligiéndolas como un blanco valioso, atacando su credibilidad con falsedades, acosándolas y amenazándolas con acciones penales y ataques físicos.
El contenido generado por la IA ofrece una nueva forma de atacar la credibilidad de estas fuentes de información crucial con “mangueras de falsedades” (firehose of falsehood) que se deriva de estas mismas fuentes, con lo cual se le hace aún más difícil a la persona promedio distinguir la verdad.
Para resolver el problema del contenido falsificado por la IA, se necesitan soluciones multifacéticas. Las autoridades electorales deben actuar para asegurar sus canales de comunicación y hacer que sea más difícil falsificarlos, y todos los niveles de gobierno deben reforzar estas medidas. Las entidades que brindan al público información electoral también deben verificar sus contenidos por medio de fuentes oficiales.
Las siguientes medidas urgentes podrían ayudar a detener el flujo de información falsa.
1. Convertir todos los sitios web electorales bajo dominios .gov
Los sitios web electorales en los Estados Unidos son demasiado vulnerables. En los meses anteriores a las elecciones de 2020, el FBI identificó decenas de sitios web que imitaban a fuentes estatales y federales de información electoral bajo los dominios .com y .org, de fácil disposición.
Para combatir la falsificación e interferencia de sitios web, los gobiernos estatales y federal deben trabajar en conjunto para asegurarse de que todas las oficinas electorales utilicen dominios .gov —que solo pueden obtener las entidades gubernamentales verificadas— para sus sitios web. A la fecha, solo una de cada cuatro oficinas electorales usa un dominio .gov.
2. Verificar cuentas y difundir información verdadera
En la actualidad, no existe un equivalente al dominio .gov en las redes sociales, y la IA generativa permite crear cuentas de redes sociales falsas y llenarlas de contenido con una facilidad alarmante, que, entre otros problemas, puede brindarle a la ciudadanía información incorrecta sobre cómo y dónde votar.
Las compañías de redes sociales más importantes pueden intervenir identificando, verificando y difundiendo los contenidos oficiales y auténticos de información electoral, como ya han recomendado el Brennan Center y el Bipartisan Policy Center.
Una solución es que la Comisión de Asistencia Electoral (EAC por sus siglas en inglés) o la CISA creen un servidor específico en el llamado Fediverse, que es una especie de centro de intercambio de información federal para todas las plataformas de redes sociales que contenga las cuentas oficiales y verificadas sobre toda información electoral y que pueda servir de centro de distribución y redifusión para cualquier sitio de redes sociales. Así, las publicaciones con nombres de usuario que contengan la sigla .gov podrían ser verificadas y programadas, lo cual evitaría que las autoridades electorales locales tengan que publicar el mismo contenido simultáneamente en varias plataformas. Los usuarios también podrían estar seguros de la veracidad de la información.
3. Implementar métodos para asegurarse de que las solicitudes de registros abiertos sean auténticas
Como se indicó antes, la IA hace más fácil enterrar a las oficinas electorales bajo montañas de solicitudes engañosas de registros abiertos que parecen provenir de diferentes personas. Este desafío no tiene una solución simple, pero un paso importante sería que las oficinas electorales exijan que cada solicitud de registro abierto sea presentada por una persona real y que esta utilice alguna versión de CAPTCHA (cuya sigla en inglés significa “test de Turing público y completamente automático para distinguir una computadora de un ser humano”) con el fin de impedir que un bot presente solicitudes de registros abiertos generados por IA para abrumar a una oficina gubernamental.
4. Buscar formas de autenticar los materiales electorales sensibles
En cuanto al peligro de que los videos o los documentos presentados en respuesta a solicitudes de registros abiertos se manipulen para desinformar, las autoridades electorales deben considerar publicar en sus sitios web las versiones inalteradas de cada documento que se produzca en respuesta a las solicitudes de registros abiertos.
Desafortunadamente, esta estrategia de mitigación exigiría recursos que algunas oficinas ya saturadas no tienen. Otra opción sería que las oficinas electorales estatales creen repositorios centrales donde coloquen todas las respuestas a solicitudes de registros abiertos y donde puedan señalar los documentos originales e inalterados, en caso de que algún hacker intente pasar documentos distorsionados como copias fieles. Hawái ya lo hace.
5. Tomar medidas adicionales para verificar el contenido sobre temas electorales
La prensa debe cultivar su relación con las autoridades electorales y otras fuentes acreditadas de información y procesos electorales. El contenido que dice provenir de estas fuentes debe ser verificado según el contenido que pueda ser autenticado, por ejemplo, videos y otras fuentes de información que se ofrezcan en un sitio web seguro con un certificado de seguridad válido o, preferentemente, en un sitio web con un dominio .gov.
Las fuentes también deben representar a las comunidades que no hablan inglés y que han sido históricamente marginadas, para que la prensa pueda aclarar temas específicos y diversos que se prestan a confusión o a errores en la información.
D. Ofrecer a trabajadores electorales capacitaciones y recursos específicos sobre IA
El personal de las oficinas electorales y los proveedores de sistemas electorales son objetivos atrayentes para aquellas personas que desean perjudicar la confianza de la población en las elecciones de los Estados Unidos. La CISA y otros expertos y organizaciones deben hacer todo lo posible para ayudar a estas oficinas y a su personal a eliminar toda información de sitios web públicos que se puedan utilizar para crear mensajes falsos generados por IA, y ayudar al personal electoral a identificar este tipo de mensajes.
E. Combatir las narrativas falsas
Todo el mundo debe combatir las narrativas falsas en torno a la seguridad electoral. A continuación, presentamos algunas formas en que el gobierno, los medios de comunicación tradicionales y las plataformas de redes sociales pueden ayudar, a medida que nos acercamos a la temporada electoral de 2024.
La desinformación depende de falsedades básicas que evolucionan y vuelven a circular. La IA generativa aumenta considerablemente las oportunidades de perpetuar esos mitos. Los organismos federales como la CISA y la EAC deben colaborar con las autoridades electorales para concientizar al público sobre la seguridad del sistema electoral y aumentar su confianza.
Es fundamental desacreditar, antes de que se difundan, falsas narrativas virales que ya sabemos que sustentarán las mentiras y la desinformación sobre las elecciones durante las semanas anteriores y posteriores al día de las elecciones.
La CISA y la EAC deben impulsar con ímpetu la divulgación de información precisa que provenga de las autoridades electorales e informar sobre las mejores prácticas para reforzar la resiliencia de la sociedad ante la difusión de información falsa, tales como las falsedades generadas y mejoradas por la IA.
Tanto los medios de comunicación tradicionales como las redes sociales deben trabajar para refutar los temas centrales de información errónea y divulgar información electoral precisa y autenticada, en especial, si proviene de autoridades electorales. Las plataformas de redes sociales deben invertir en herramientas que detecten y eliminen bots coordinados para impedir que la información falsa influya en las elecciones. Además, deben colaborar con aquellas empresas y personas que desarrollan herramientas de IA para mejorar constantemente los métodos de detección de contenido generado por IA.