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Análisis

La violencia política está distorsionando el proceso legislativo en Estados Unidos

Las amenazas de violencia pueden influir en los votos de nuestros representantes electos, sus decisiones políticas y su interacción con el público.

octubre 30, 2025
cops
Cliff Owen/AP
  • Esta violencia afecta a quiénes ganan las elecciones y cómo interactúan con su electorado. También puede influir en la forma en que votan sobre cuestiones importantes.
  • La violencia también está desalentando el interés de las personas por dedicarse a la política o por permanecer en un cargo público.

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La filósofa política Simone de Beauvoir escribió que “aun cuando la violencia no sea explícita, acosa al mundo”. El fantasma de la violencia acosa a los Estados Unidos. Marcado por la brutalidad de la esclavitud y devastado por una guerra civil, este país posee una larga historia de violencia política. Olas de violencia han brotado y se han desvanecido durante siglos. Ahora, tras una serie de asesinatos y ataques de alto perfil contra figuras políticas de los dos partidos, las aguas de la violencia vuelven a subir en los Estados Unidos.

En los últimos meses, hemos visto el asesinato del activista de derecha, Charlie Kirk, y de la legisladora demócrata estatal de Minnesota, Melissa Hortman, y su marido, así como también el ataque de bomba e incendio a la residencia del gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro. Las investigaciones indican que estos no son solo incidentes aislados.

Un informe del Brennan Center sobre la intimidación contra funcionarios estatales y locales reveló que un alarmante porcentaje de legisladores estatales observa una mayor frecuencia en los actos de violencia. En 2022–2023, realizamos dos encuestas nacionales entre autoridades públicas locales y estatales, y entrevistamos a docenas de legisladores estatales sobre sus experiencias de violencia. Aproximadamente el 40 por ciento de los legisladores estatales reportó una mayor frecuencia en los actos de violencia y casi uno de cada tres informó un aumento en la gravedad de los ataques. Legisladores de los dos partidos compartieron experiencias terribles de violencia.

En el Congreso, la Policía del Capitolio de EE. UU. investigó más de 8,000 amenazas en 2023, un aumento del 50 por ciento con respecto a 2018. Este número de amenazas es 10 veces más alto que en 2016. Según la Policía del Capitolio, miembros de los dos partidos reciben amenazas en proporciones similares.

Esta violencia afecta a quiénes ganan las elecciones y cómo interactúan con su electorado. También puede influir en la forma en que votan sobre cuestiones importantes, por ejemplo, sobre el proceso de destitución del presidente Trump por su rol en los ataques de violencia contra el Capitolio, el 6 de enero de 2021, para revertir los resultados de las elecciones presidenciales.

Las autoridades públicas electas confiesan que el miedo a la violencia influye en sus posturas políticas. Por ejemplo, algunos representantes me dijeron durante las entrevistas que ponían mucho cuidado cuando comunicaban cuestiones políticas controversiales de alcance nacional o internacional por miedo a recibir amenazas de violencia. Para algunos, la amenaza de violencia incluso está afectando la forma en que votan sobre determinadas cuestiones.

La representante Liz Cheney, una de los únicos dos representantes republicanos en el comité sobre los ataques del 6 de enero, le dijo al analista político David Axelrod: “Varios representantes me dijeron: ‘Habríamos votado a favor de la destitución, pero temíamos por nuestra seguridad…’, representantes de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, temían por su seguridad personal o la de sus familias; ese temor afectó la forma en que sentían que podían votar. Esto es algo muy significativo que describe el estado actual de nuestra política”.

Otro congresista republicano le admitió al senador Mitt Romney que quería votar a favor del segundo proceso de destitución de Trump, pero tenía miedo por la seguridad de su familia y, al final, votó en contra de la destitución. El tercero de estos casos es otro senador que le dijo a sus colegas que votaría a favor de una condena, pero desistió cuando le pidieron que lo reconsiderara: “No puedes hacerlo… Piensa en tu seguridad personal… en la de tus hijos”. Este senador terminó votando en contra de la condena.

La violencia también está desalentando el interés de las personas por dedicarse a la política o por permanecer en un cargo público. Un estudio reciente llevado a cabo entre alcaldes de todo el país reveló que quienes habían tenido experiencias de violencia física eran más propensos a decir que, por ese motivo, pensaron en no volver a presentarse para su reelección o para otro cargo más alto. Muchos congresistas sienten lo mismo.

La representante Angie Craig, quien fue agredida por un hombre que la siguió al edificio de su apartamento en 2023, señaló que la violencia es un problema a la hora de reclutar: “Hoy en día, el mayor factor disuasorio para convencer a la buena gente de dedicarse a la política es que ahora tienes que tomar precauciones que quizá hace 30 años [no]”.

La expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, cuyo esposo fue atacado violentamente en su hogar de San Francisco, escribió en su autobiografía: “De ama de casa, a representante y de ahí, a presidenta de la Cámara de Representantes, ciertamente nunca habría podido romper el techo de cristal sin el apoyo, el aliento y el amor de Paul. Y nunca lo habría hecho si hubiera pensado que algún día pondría en riesgo su vida”.

Además, nuestros representantes están limitando su interacción cívica por miedo a la violencia. Una representante me dijo en una entrevista que había ciertas áreas geográficas de su distrito donde no se dirigían ni ella ni su personal, porque no se sentían seguros ni protegidos por la policía local. “La mayoría de mi personal, en especial aquí [en la oficina de mi distrito], son mujeres. No pasa muy seguido, pero a veces nos encontramos con policías que no nos ayudan”, admitió.

Hizo hincapié en que, “si la policía no responde cuando pasa algo, creo que eso es una lástima. Pero no voy a poner en riesgo mi seguridad, ni la de mi equipo, ni la seguridad de nuestra comunidad, porque alguien no se comporta de manera profesional por diferencias partidarias y no quiere ayudar a crear un espacio seguro para dialogar sobre nuestra comunidad y nuestra democracia, [que es] lo que realmente significa tener representación”.

En enero de 2011, la representante Gabby Giffords recibió un disparo mientras realizaba una reunión con su electorado en un supermercado de Tucson, Arizona. Dieciocho personas recibieron disparos y seis murieron en el incidente. Entre las víctimas, se encontraron un miembro de su personal y una niña de nueve años. El tiroteo ocurrió durante uno de los eventos llamados “El Congreso en tu esquina”, una reunión simple donde congresistas conocen y hablan con su electorado en distintos sitios locales.

La representante Mary Gay Scanlon señaló que ese tiroteo “puso como un freno a la realización frecuente de este tipo de eventos… en tiendas y otros lugares. Tenemos que pensarlo mejor. Cada vez que anunciamos el sitio donde vamos a ir, ahora tenemos que informarle a la policía”.

Cuando los eventos se cancelan o se trasladan a lugares cerrados, se interactúa con muchas menos personas. Los representantes también están limitando sus asambleas públicas o realizándolas en línea. El exrepresentante Derek Kilmer cree que una de las razones por las que sus colegas ahora están llevando a cabo asambleas públicas virtuales es que la planeación de las asambleas públicas en persona ante el aumento de amenazas requiere dedicarle cada vez más tiempo y es cada vez más complicada. “No es bueno crear una situación en la que sea difícil para el electorado interactuar con sus funcionarios electos”, advirtió Kilmer al reflexionar sobre las ramificaciones del clima actual.

Cuando nuestros representantes no pueden presentarse a las elecciones, ni interactuar con su electorado, ni expresarse sobre un tema en particular, ni votar según sus valores sin miedo a ser objeto de violencia, la democracia estadounidense se desfigura como consecuencia. La representación democrática depende de una fuerte participación cívica y de la capacidad de nuestros representantes democráticos de atender a las necesidades de su electorado sin sentir miedo por su seguridad.

Este artículo fue adaptado del libro de Maya Kornberg, Stuck: How Money, Media, and Violence Prevent Change in Congress (Atrapado: cómo el dinero, los medios y la violencia impiden lograr cambios en el Congreso), próximo a publicarse.

Traducción de Ana Lis Salotti.