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Análisis

Retrocede la ola de delitos violentos aunque los hurtos y el robo de autos aumentan

La tasa nacional de homicidios bajó durante 2022 según el informe anual del FBI.

Noviembre 3, 2023
Police officer with hands behind back
Robert Alexander/Getty

Esta columna se publicó originalmente en La Opinión

Hace dos años, el informe anual del FBI sobre las tendencias del delito señaló lo que muchas personas ya sabemos muy bien: los delitos violentos iban en aumento en Estados Unidos. El informe de este año, publicado la semana pasada, nos dio una noticia alentadora: si bien siguen existiendo algunas señales de alerta, es posible que la ola de delitos de la era del Covid-19 pueda estar retrocediendo. 

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En primer lugar, los datos del FBI demuestran que la tasa nacional de homicidios bajó durante 2022 en un 7 por ciento y se ubicó por debajo de los niveles del año 2020. Pero los homicidios siguen siendo más frecuentes que en 2019.

Sin embargo, la disminución del año pasado podría ser el comienzo de una verdadera tendencia en baja. De hecho, los estudios sobre los datos delictivos en las ciudades han demostrado que, hoy en día, los índices de homicidios están bajando a un ritmo aún más veloz en las ciudades, con una disminución de un 10 por ciento. Los delitos violentos también disminuyeron un poco. 

Por otro lado, el delito contra la propiedad aumentó durante 2022, el primer aumento registrado en años. Pero no resulta fácil interpretar estas cifras.

Los hurtos aumentaron un 8 por ciento, pero la tasa de hurtos por persona sigue estando por debajo de los niveles de 2019 y 2020. Por eso, es difícil afirmar si el aumento del año pasado representa el comienzo de una nueva ola de delitos contra la propiedad o un giro opuesto a la disminución que se observó en mitad de la pandemia. 

Es particularmente difícil analizarlo porque los hurtos este año parecen ir en disminución en las grandes ciudades. No ocurre lo mismo con el robo de vehículos, que el año pasado aumentó y se prevé que siga aumentando aún más en 2023.

Algunas de estas tendencias se observan claramente en Los Ángeles. De acuerdo con los datos más recientes de las fuerzas policiales, por ejemplo, los homicidios bajaron más del 20 por ciento en esa ciudad. Es una disminución muy pronunciada, pero no lo suficiente como para volver a las cifras de homicidios registradas en la ciudad en 2019.

Las tendencias en el delito contra la propiedad en la ciudad también son más complicadas. Los robos bajaron entre 2019 y 2022, pero ahora han dado un salto vertiginoso, un aumento de un 40 por ciento con respecto al año pasado. Los robos de vehículos también subieron.

Todas estas cifras plantean una pregunta importante: ¿por qué? 

Aconsejamos no buscar una única causa que permita explicar los principales cambios en las tendencias delictivas. Si analizamos los datos históricos, estas dinámicas han demostrado ser extremadamente complejas.

Es posible que se hayan combinado varios factores en 2020 —como una repentina afluencia de armas y los efectos desestabilizadores de la pandemia— para terminar debilitando los vínculos sociales que mantienen a las comunidades seguras y reduciendo la capacidad del gobierno de responder. Ahora, estos mismos factores pueden estar disminuyendo. 

Del mismo modo, tampoco queda claro por qué los robos están aumentando en ciudades como Los Ángeles y Nueva York. (En ocasiones se culpa a las redes sociales por crear, sin querer, un mercado para vender productos y bienes robados). Pero los datos de los últimos dos años nos enseñan que no debemos llegar a conclusiones apresuradas ni implementar soluciones políticas radicales.

Cuando los homicidios aumentaron tanto durante 2020, algunas personas se apresuraron a culpar a las reformas de justicia penal y a las fiscalías que apoyan políticas para acabar con la encarcelación masiva. Pero estas alegaciones nunca se demostraron con firmeza y solo se han vuelto más débiles.

En lugar de apresurarse a echar culpas, las personas encargadas de diseñar políticas públicas deberían buscar soluciones que desalienten al robo o que lo hagan menos redituable y, al mismo tiempo, asegurarse de que las personas que cometen delitos respondan por sus actos.

Los últimos años también resaltan la necesidad de tener mejores datos. El informe sobre el delito de 2022 del FBI se publicó casi diez meses entrado el 2023 y aún sigue teniendo algunos vacíos de información debido a que el buró cambió la forma en que recopila datos sobre el delito.

Las personas a cargo de formular políticas públicas merecen información más actualizada sobre las tendencias delictivas a nivel nacional. Toda la población nos la merecemos.

Traducción de Ana Lis Salotti.