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Análisis

La FEC no podrá implementar las leyes de financiamiento de campañas, y este es solo uno de sus problemas

La Comisión de Elecciones Federales necesita que se restaure su capacidad de funcionar sin sacrificar su independencia.

Última Actualización: mayo 2, 2025
Publicado: mayo 1, 2025
FEC testifying room
Congressional Quarterly / Getty
  • La agencia bipartidista e independiente, la cual vigila el dinero en las campañas políticas para cargos federales, ya no tiene el mínimo de cuatro miembros requerido para ejercer gran parte de su labor.
  • ¿Será la FEC capaz de continuar siendo un ente de vigilancia independiente? Porque peor aún que una FEC inactiva es una que puede ser instrumentalizada en contra de los opositores del presidente.

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A partir de hoy, la Comisión de Elecciones Federales (FEC, por sus siglas en inglés) no tendrá la capacidad de hacer su trabajo. Esto es porque la agencia bipartidista e independiente, la cual vigila el dinero en las campañas políticas para cargos federales, ya no tiene el mínimo de cuatro miembros requerido para ejercer gran parte de su labor.

La pérdida de quorum sucedió debido a la renuncia de un miembro republicano, lo cual se suma a la movida sin precedente del presidente Trump en febrero de despedir a un miembro demócrata. Esta insuficiencia solo se ha dado en tres otras ocasiones en los 50 años de historia de la FEC, incluyendo dos durante el primer mandato de Trump.

Normalmente, la gran pregunta sería qué tan rápido actuarán el presidente y el Congreso para restituir el quorum completo de comisionados y que la agencia pueda funcionar. Eso aún es importante. Pero a la luz del despido y las otras movidas del presidente para ejercer control sobre la FEC y otras agencias independientes, ahora hay una cuestión más importante: ¿Será la FEC capaz de continuar siendo un ente de vigilancia independiente? Porque peor aún que una FEC inactiva es una que puede ser instrumentalizada en contra de los opositores del presidente.

La FEC fue creada como parte de las reformas después de Watergate que instauraron nuestro sistema actual de límites de contribuciones a las campañas políticas y los requisitos sobre transparencia. La FEC está liderada por seis comisionados, no más de tres de cada partido. Cuando hay menos de cuatro escaños designados, la comisión no puede ejercer la mayoría de sus funciones importantes, incluyendo velar por el cumplimiento de la ley y emitir regulaciones y otras guías jurídicas.

Gracias, en parte, a que su liderazgo está dividido equitativamente, la FEC dista mucho de ser un ente vigilante agresivo. A menudo se estanca en cuestiones importantes debido a divisiones partidistas. Este estancamiento ha exacerbado los efectos de las decisiones de la Corte Suprema como, por ejemplo, Citizens United, al facilitar que las personas candidatas responsabilicen a los súper-PAC, los cuales pueden recaudan sumas ilimitadas de dinero, con funciones clave de una campaña política.

Pero incluso una FEC disfuncional sigue siendo importante. Entre otras cosas, la agencia cumple un papel vital al recolectar y diseminar datos sobre el financiamiento de las campañas, algo crucial en un momento en el que Trump y sus opositores demócratas continúan recaudando dinero a un ritmo veloz en la antesala de las elecciones de medio término de 2026. Además, cuando varios de los donantes más grandes que apoyaron al presidente tienen participación en la formulación de las políticas públicas en su gobierno.

La pérdida de quorum de la FEC no significa que no se recolectarán o publicarán datos, pero la comisión no podrá tomar medidas para hacer cumplir los requisitos de transparencia en contra de quienes los ignoren. Tampoco puede atender nuevas cuestiones en derecho que surjan, como, por ejemplo, en relación a la actividad de las campañas políticas en línea—un campo en el cual aún hay brechas significativas en cuanto a transparencia.

Pero la pérdida de quorum de la FEC puede incluso no ser el reto más grande de la agencia. En febrero el presiente despidió a Ellen Weintraub, una demócrata miembro de la comisión (nota de transparencia: Trabajé para Weintraub desde 2011 al 2014). Este despido es la razón por la cual la FEC solo tenía cuatro comisionados antes de la última renuncia.

Es cierto que el mandato de Weintraub en la comisión había expirado hace tiempo y era elegible para ser reemplazada. Pero ningún presidente ha destituido a una persona comisionada de la FEC del partido opuesto sin nombrar un reemplazo, que usualmente seleccionan los líderes del Congreso del partido opuesto.

La destitución de Weintraub forma parte de una serie de despidos de comisionados demócratas en agencias independientes que deberían estar legalmente protegidos de la remoción presidencial —lo cual representa una importante toma de poder por parte de la Casa Blanca.

Semanas después, la Casa Blanca emitió una orden ejecutiva que pretende colocar formalmente todas las agencias independientes de la rama ejecutiva bajo el control directo del presidente.

Posteriormente, el presidente emitió una orden que, entre otras cosas, instruye a la Comisión de Asistencia Electoral —otra agencia federal que fue modelada en cuestiones clave por la FEC— a revisar ilegalmente los procedimientos federales de registro de votantes. El Brennan Center impugnó esta medida y un tribunal federal bloqueó partes relevantes de esa orden mientras el caso avanza.

El ataque del presidente contra las agencias independientes como la Comisión de Asistencia Electoral y la FEC va en contra del Artículo Primero de la Constitución, el cual otorga a los estados y el Congreso la vigilancia de las elecciones federales. El Congreso a su vez delegó la vigilancia de las reglas de financiamiento de campañas a una FEC independiente con el objetivo de —como recientemente señalamos en un comentario público radicado a la agencia— garantizar que las preguntas y quejas relacionadas con las elecciones sean atendidas sin la manipulación partidista.

Las elecciones de 2024, que batieron récords, demostraron la urgente necesidad de regulaciones eficientes y una financiación de campañas escrupulosamente imparcial. Como mínimo, el presidente y el Congreso deberían seguir las prácticas de cada presidente desde los años 70 para llenar los escaños del partido opuesto en la comisión. Las personas nominadas de ambos partidos deberían también ser cuestionadas sobre si están explícitamente comprometidas con defender la independencia de la FEC.

En última instancia, por muy frustrantes que sean algunas de las fallas actuales de la FEC, la solución nunca puede ser permitir que la agencia sea instrumentalizada con fines partidistas. Hay un consenso amplio, bipartidista y de larga data sobre esta cuestión, y es más importante que nunca que se reafirme este compromiso con la imparcialidad.

Traducción de Laura Gómez