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Análisis

La jugada electoral de DeSantis es muy dañina

La verdadera razón del gobernador de Florida para sancionar errores cometidos sin mala fe en las elecciones es desalentar a votantes legítimos

Febrero 21, 2023
Ron DeSantis
Giorgio Viera/Getty

El gobernador de Florida Ron DeSantis es un experto en maniobras llamativas que están dirigidas a su base conservadora (entre ellas, la guerra contra Disney, “el paraíso de los liberales “woke”). Mientras tanto, sus aliados les aseguran silenciosamente a los reporteros de la prensa nacional que tiene una trayectoria sólida y normal como gobernador de Florida (restauró los Everglades, etc.). 

Lamentablemente, respecto al tema de la votación, una de las proezas de DeSantis dirigidas a los televidentes de Fox News ha producido consecuencias reales y destructivas. 

Empecemos con lo básico: por mucho tiempo Florida ha tenido la peor ley de privación del derecho al voto por delitos mayores, un legado directo de las constituciones de Jim Crow de fines del siglo XIX, con las que era legal discriminar a las personas de raza negra. A las personas condenadas de delitos mayores se les prohibía votar de por vida. Ascendían a aproximadamente 1.7 millones de votantes que, de lo contrario, cumplían con los requisitos, entre ellos un número desproporcionado de hombres de raza negra, dada la parcialidad del sistema de justicia penal. 

El Brennan Center objetó a esta ley durante dos décadas. Ayudamos a redactar y lograr la aprobación de una enmienda constitucional en 2018 que acabó con el sistema de privación de derechos electorales. La enmienda 4 ganó con 64 por ciento del voto (lo que significa que 1 millón de partidarios de DeSantis votaron por ella). El gobernador y la legislatura respondieron con la promulgación de una ley para quitarle fuerza a la reforma, con la que se negó el derecho al voto a no ser que la persona pagara todas las multas y gastos, que se remontaban a varias décadas. Es sumamente difícil para muchos enterarse de lo que deben y si pueden votar. Ninguna agencia tiene una lista al respecto. 

La más reciente jugada de DeSantis se aprovecha de esto. Verán, DeSantis se ha rehusado a aceptar la Gran Mentira de Trump del robo de las elecciones de 2020. De hecho, ha presumido que las prácticas electorales de Florida fueron ejemplares. Entonces, ¿cómo logra complacer a los electores que están totalmente convencidos de la Gran Mentira de Trump? 

Para ellos, DeSantis constituyó una fuerza policial encargada de detectar el “fraude” en las elecciones. El año pasado anunció con bombos y platillos que había encontrado a los malandrines que socavan la democracia: 20 personas que no reúnen los requisitos para votar conforme a las leyes estatales, pero que se habían inscrito y votado de todos modos. 

Es un número minúsculo si se considera la enorme red de captura. Lo peor es que muchos de los acusados realmente creían que tenían el derecho a hacerlo. Algunos lo habían oído de funcionarios del gobierno. La mayoría de ellos, si no todos, habían recibido tarjetas de información para votantes por correo. Pero nadie en el gobierno de Florida les dijo que sus derechos no se habían restaurado. No cometieron fraude electoral de mala fe; cometieron un error. 

Algunos fiscales locales se rehusaron a presentar cargos y señalaron que, por ejemplo, “en todos los casos que votaron delincuentes sexuales, al parecer, los animaron diversos documentos enviados por correo y desinformación. A cada uno se le entregó una tarjeta de inscripción de votantes que parecía indicar que podían votar legalmente en las elecciones”. 

Aquí empieza la jugada del gobernador, que trató de quitarles los casos a estos fiscales imparciales, pero las leyes estatales lo bloquearon. Por lo tanto, la legislatura ha aprobado una ley que otorga a los fiscales estatales el poder de tomar medidas contra ciertos delitos electorales que son “facilitados o relacionados al uso del internet”. Los votantes eligen a los fiscales locales. El fiscal general del estado, un aliado de DeSantis, supervisa a los fiscales estatales. 

¿A qué se debe la obstinación de DeSantis con el fraude electoral? En parte, quiere anotarse puntos políticos con quienes creen en la Gran Mentira. Pero es más que eso y peor. Su actual campaña para castigar públicamente a las personas que no pueden votar pero lo hacen accidentalmente porque están confundidas, o se les ha informado equivocadamente que sí reúnen los requisitos, desalentará a votantes legítimos con condenas pasadas. Se propone intimidar a otros residentes de Florida que cumplieron sentencias por delitos para que ni siquiera traten de votar. 

Es supresión de votantes. La intención es clara.

Traducciónde KeynotesTranslations and Editorial Services