Skip Navigation
Análisis

Este es el momento de proteger las elecciones de 2024 y el voto de los latinos

Los comicios son cada vez más vulnerables, y los votantes se ven afectados

Mayo 1, 2023

En la contienda presidencial de 2020 y las elecciones de mitad de periodo de 2022, el presidente Trump y políticos poderosos difundieron mentiras sobre las elecciones para propiciar interferencias en el proceso electoral y aumentar la desconfianza en la democracia.

Esta desconfianza en las elecciones, como pone en evidencia un nuevo informe del Brennan Center, a su vez ha fomentado otras amenazas como ataques cibernéticos, hostigamiento de empleados en oficinas electorales y ataques internos donde las mismas personas encargadas de administrar las elecciones debilitan la seguridad de los sistemas de votación. Combatir la información errónea sobre las elecciones es un gran reto, pero quienes dictan la política pueden tomar medidas inmediatas para proteger la votación en 2024. 

Las mentiras sobre las elecciones son más peligrosas para los votantes latinos. La información equivocada proliferó en los medios en español en 2022 y sigue difundiéndose en anticipación a las votaciones del 2024. Complica más la situación el hecho que los votantes recién inscritos, que suelen ser latinos, tienden a no estar familiarizados con los procedimientos electorales de Estados Unidos, lo que los hace particularmente susceptibles a la desinformación. 

 Con la gran mayoría de las mentiras sobre cómo, cuándo y dónde votar se intenta engañar y evitar que voten los latinos y las personas de raza negra, quienes además se ven desproporcionadamente afectados por leyes electorales restrictivas. Para empeorar las cosas, el año pasado, muchas legislaciones propiciadas por afirmaciones falsas de fraude electoral tenían como propósito específico privar a los latinos del derecho al voto

Algunas de las medidas para proteger las elecciones son sencillas: por ejemplo, las oficinas electorales locales deben adoptar dominios (domain names) que terminan con .gov para los sitios web electorales a fin de ayudar a los usuarios a distinguir más fácilmente entre los sitios auténticos y los falsos. 

Las oficinas de elecciones pueden registrarse con dominios .gov gratuitamente, y ya hay fondos federales para el costo relacionado con el traslado a dichos dominios. Sin embargo, solo uno de cada cuatro sitios web de oficinas electorales usa un dominio .gov en este momento. 

La Agencia de Seguridad Cibernética e Infraestructura (Cybersecurity and Infrastructure Security Agency o CISA) del Departamento de Seguridad Nacional (Department of Homeland Security), la cual administra los dominios .gov, ofrece recursos mediáticos en varios idiomas para ayudar a los funcionarios de elecciones a prepararse para la desinformación y responder a ella. La agencia debe animar y ayudar a las oficinas electorales locales en la transición de sus sitios web a dominios .gov.

CISA también debe aumentar su producción de recursos multilingües y colaborar con entidades comunitarias —como aquellas en comunidades latinas y de inmigrantes— para aumentar la resistencia ante las campañas de desinformación, además de proporcionar información exacta sobre las elecciones entre los votantes.

Asimismo, para reducir los retrasos, los estados deben permitir que se reciban y cuenten temprano las boletas enviadas por correo. En 2020, los negacionistas electorales explotaron el periodo de incertidumbre previo a la publicación de los resultados para sugerir que las boletas enviadas por correo eran fraudulentas y afirmar falsamente que las elecciones se habían robado. 

Los estados pueden evitar dar importancia inadvertidamente a dichas teorías de conspiración si procesan las boletas enviadas por correo antes del día de las elecciones. Sin embargo, en varios estados no se permite hacerlo, entre ellos los estados pendulares de Pensilvania y Wisconsin, donde los resultados son muy reñidos. Los legisladores deben permitir y alentar que los funcionarios electorales procesen las boletas antes del día de las elecciones, y los estados que ya lo hacen deben asignar tiempo adicional para ello. 

El negacionismo electoral también ha propiciado la renuncia de muchos trabajadores electorales. La rotación de personal en este tipo de operaciones puede ocasionar más errores administrativos innocuos, lo que echa más leña al fuego de las teorías de conspiración. Los legisladores deben asegurarse de que los empleados electorales estén protegidos. 

 Lo bueno es que muchos estados ya tienen leyes contra la mayoría de las amenazas violentas. Sin embargo, pocas veces se verifica el cumplimiento de estas. Las agencias de la ley a nivel federal, estatal y municipal deben mejorar sus sistemas para reportar e investigar conductas indebidas a fin de demostrarles a los funcionarios electorales que toman dichas amenazas en serio.

Además, desde 2020 se han reportado por lo menos 17 incidentes en los que negacionistas electorales obtuvieron acceso no autorizado a sistemas de votación o intentaron hacerlo, con frecuencia, con la ayuda de funcionarios electorales. Por ejemplo, un secretario de un condado en Colorado dio acceso a personas no autorizadas a su sistema de votación y para encubrirlo, apagó las cámaras de vigilancia de la maquinaria de votación. 

Tras ese incidente, Colorado promulgó una ley que exige que las agencias electorales adopten un sistema de acceso con tarjeta magnética a equipo de votación almacenado, que se vigila siempre por video. También creó un fondo de $1 millón para ayudar a sus condados a cumplir con los nuevos requisitos de seguridad. Otros estados deben hacer lo mismo al imponer restricciones de acceso y otorgar clara autoridad para solucionar cualquier posible riesgo de seguridad.

Queda poco tiempo para proteger las elecciones de 2024. Afortunadamente, el gobierno ya ha tenido un caso exitoso, lo que sirve de ejemplo para una respuesta coordinada a los puntos vulnerables de las elecciones: después de los ataques cibernéticos de 2016 por los rusos contra la infraestructura electoral, el Departamento de Seguridad Nacional designó que los sistemas electorales son infraestructura crítica, y funcionarios de todos los niveles del gobierno colaboraron para reforzarlos contra ataques por internet.

Dichos esfuerzos resultaron en mayores fondos para la seguridad cibernética de entidades electorales, lo que aumentó mucho la confianza y el intercambio de información entre agencias federales y funcionarios electorales municipales y estatales. Como resultado de este esfuerzo conjunto, CISA y otros líderes de seguridad electoral describieron las elecciones de 2020 como las “más seguras en la historia de Estados Unidos”.

Casi cuatro años más tarde, Estados Unidos corre el peligro de perder terreno. Los votantes rechazaron rotundamente a los negacionistas electorales que se postularon a cargos el año pasado, pero todavía los peligros acechan. Las amenazas siguen evolucionando, y se deben enfrentar con la misma respuesta rotunda y coordinada. Como lo demuestra el informe del Brennan Center, tenemos un plan para hacerles frente a estos retos y los recursos para hacerlo. 

Traducción de Keynotes Translations and Editorial Services