- Si bien el gobierno solo ha solicitado una revisión de emergencia en ciertos casos, el uso de la lista de casos de emergencia en la sombra ha aumentado vertiginosamente.
- Hasta la fecha, la Corte ha fallado a favor del actual gobierno sin ofrecer ningún tipo de análisis en siete casos, entre ellos importantes dictámenes que permitieron que prive de estatus legal temporal a cientos de miles de inmigrantes.
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Los casos que la Corte Suprema considera para mociones de emergencia, denominados lista de casos de emergencia en la sombra o shadow docket, han desempeñado una función desproporcionada en las impugnaciones legales contra el nuevo gobierno de Trump. Jueces federales de todo el espectro ideológico han bloqueado repetidamente todo tipo de medidas del poder ejecutivo, desde desmantelar el Departamento de Educación hasta prohibir que las personas transgénero presten servicio militar, solo para que la Corte Suprema detuviera esos fallos con poca o ninguna explicación.
Si bien el gobierno solo ha solicitado una revisión de emergencia en ciertos casos, el uso de la lista de casos de emergencia en la sombra ha aumentado vertiginosamente. Durante las primeras 20 semanas del segundo mandato de Trump, el poder ejecutivo le pidió al tribunal decisiones de emergencia 19 veces, el mismo número de veces que hizo el gobierno de Biden en el trascurso de cuatro años, según Steve Vladeck, profesor de derecho de Georgetown. Además, la corte falló casi siempre a favor del poder ejecutivo.
La conducta de la Corte respecto a la lista de casos de emergencia en la sombra es motivo de muchas críticas, pero una de las características más preocupantes es la frecuencia con la que el tribunal ha permitido, sin ninguna explicación, que proceda la medida ejecutiva, después de que tribunales inferiores emitieran dictámenes preliminares que indicaban que estas probablemente eran ilegales o inconstitucionales.
Hasta la fecha, la Corte ha fallado a favor del actual gobierno sin ofrecer ningún tipo de análisis en siete casos, entre ellos importantes dictámenes que permitieron que prive de estatus legal temporal a cientos de miles de inmigrantes y que los deporte sumariamente a países con los que no tienen ninguna conexión, incluidas zonas en guerra. La mayoría de los demás fallos de la lista de casos de emergencia en la sombra incluyen apenas análisis breves.
El juez Brett Kavanaugh defendió recientemente que la corte emita dictámenes sin dar explicación en decisiones de emergencia. En declaraciones durante una conferencia de jueces, habló del riesgo de “un efecto de congelamiento” cuando el tribunal emite “una decisión rápida y la pone por escrito”. Debido a que los fallos de la lista de casos de emergencia en la sombra no representan la última palabra de la corte respecto a asuntos legales, Kavanaugh advirtió que una opinión escrita quizá no refleje el punto de vista final de la Corte.
Es esclarecedor lograr este vistazo al razonamiento detrás de la lista de casos de emergencia en la sombra de la Corte, que irónicamente, contiene más análisis de los que salen en los fallos de la misma lista de casos de emergencia en la sombra. Pero la defensa de Kavanaugh de la toma de decisiones en secreto no tiene sustento.
Para comenzar, si bien una decisión de la lista de casos de emergencia en la sombra no resuelve de manera concluyente los asuntos legales del caso, en la práctica sí sirve de última palabra. Una vez que las agencias son desmanteladas, se deportan a los migrantes y se implementan las políticas principales, es prácticamente imposible dar marcha atrás y volver al estatus quo anterior. Por eso nuestro sistema les otorga a los tribunales de menor instancia la facultad de emitir medidas cautelares en primer lugar.
Las decisiones de la Corte Suprema que detienen dichas órdenes tienen consecuencias profundas tanto en los demandantes como en la sociedad estadounidense en general. Hacerlo sin explicación alguna es renunciar a la responsabilidad de la Corte de interpretar las leyes y ponerlas en práctica.
La jueza Elena Kagan lo expresó de manera sencilla en sus propias declaraciones recientes sobre la lista de casos de emergencia en la sombra: “Se espera que los tribunales expliquen las cosas”. Dar a conocer las razones detrás de las decisiones judiciales es una medida esencial de protección contra la arbitrariedad del poder, a fin de asegurar que los casos similares se traten de la misma manera. La práctica impone que los jueces actúen con disciplina en el proceso de tomar decisiones y permite que el público evalúe si las justificaciones de la Corte Suprema son válidas. Es particularmente importante cuando la corte toma decisiones rápidas que son propensas a errores y prejuicios.
Los fallos recientes de la Corte en la lista de casos de emergencia en la sombra destacan que, de hecho, hay mucho que cuestionar sobre justificaciones que no explican. Como han señalado varios comentaristas, es difícil reconciliar muchas de las decisiones en la lista de casos de emergencia en la sombra con los estándares legales que se supone que apliquen. Por ejemplo, el requisito para detener la orden de un tribunal inferior incluye una evaluación de si el solicitante —en estos casos, el gobierno de Trump— corre el riesgo de daño irreparable si la orden sigue en vigor y si la equidad y los intereses del público la apoyan.
En caso tras caso, los jueces que se opusieron argumentaron que la Corte ha cometido desaciertos en este análisis y emitido fallos que son “tan incomprensibles como imperdonables”, al suspender las órdenes judiciales de instancias inferiores sin demostrar que el gobierno enfrentaba un peligro y graves consecuencias, incluso en ciertos casos, en los que los demandantes corren el riesgo de tortura o muerte. ¿La respuesta de la mayoría a estas graves acusaciones? Silencio.
Que la corte no explique sus fallos también ha permitido que el gobierno de Trump adopte una interpretación maximalista de lo que la corte autorizó. Por ejemplo, en el caso contra los despidos masivos en el Departamento de Educación, los principales argumentos presentados por el gobierno fueron procesales: que los demandantes no tenían base jurídica para presentar su caso.
Sin embargo, después de que la Corte permitió que se prosiguiera con los despidos, la secretaria de Educación, Linda McMahon, emitió declaraciones en las que hacía alarde de que la Corte había “confirmado” los amplios poderes del presidente. Lo más probable es que los poderes del presidente no fueron decisivos en el razonamiento de los jueces para nada, pero es difícil calificar las declaraciones de McMahon como una caracterización errónea cuando no había análisis que caracterizar para comenzar.
Tampoco resiste un riguroso escrutinio la inquietud de Kavanaugh sobre verse forzado a tomar una decisión prematura. Cuando la Corte considera un caso en la lista de casos de emergencia en la sombra, se aplica un estándar legal diferente y mucho más tentativo que cuando decide un caso según sus méritos. Entre muchos factores, la Corte considera si existe una “posibilidad moderada” de que, a fin de cuentas, anule lo decidido por el tribunal inferior, un estándar que de por sí deja claro que el análisis de la Corte sobre los méritos definitivos es especulativo y está sujeto a cambio.
Estados Unidos se encuentra en un momento precario de retroceso democrático. Se está pidiendo a las cortes que sirvan de control frente a los abusos del poder presidencial y como protección del estado del derecho. Una y otra vez, la Corte Suprema ha rechazado asumir dicha responsabilidad. Le debe al público una explicación de sus razones.
Traducción de Keynotes Translations and Editorial Services