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Análisis

Datos del FBI confirman disminución de la mayoría de los delitos en 2023, en particular los homicidios

Fracasan los intentos por suscitar dudas sobre la exactitud de los datos delictivos.

Septiembre 26, 2024
Ver la colección entera Reforma de la justicia penal: mitos y realidades

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El lunes el FBI publicó datos definitivos de fin de año sobre la delincuencia en 2023 que muestran que el crimen violento sigue cayendo, con una disminución récord de los homicidios. El latrocinio, que incluye hurtos en tiendas, también bajó, aunque el robo de autos sigue aumentando.

Los datos del FBI son muy similares a las predicciones de los expertos independientes, los cuales proyectaron una gran reducción de homicidios en 2023 y 2024. De hecho, está claro que el marcado incremento de homicidios en 2020 que coincidió con el inicio de la pandemia del COVID-19 ha caído marcadamente (pero no del todo).

Los datos del FBI provienen de departamentos de policía que abarcan aproximadamente 94 por ciento de la población, lo que contribuye a su credibilidad y socava los intentos con motivación política de desestimar los datos del FBI como poco fiables.

Cada año, el FBI recopila datos sobre el crimen de agencias policiales locales y publica un análisis final de las tendencias delictivas nacionales. Estos informes presentan el mejor y más extenso vistazo del delito a nivel nacional. Sin embargo, su preparación toma tiempo. Los datos más recientes, que se publicaron el lunes, corresponden a 2023. Las nuevas cifras concuerdan con informes consistentes de investigadores y agencias policiales que registran una reducción de delitos violentos, en particular de los homicidios.

Conclusiones principales: ha bajado el delito en general

Según casi todos los datos, el delito bajó en 2023, y el declive más pronunciado, un récord de 11.6 por ciento, fue el de homicidios. Cuando se examina la tasa —el número de delitos por 100,000 personas— representa una reducción de 12 por ciento. Como resultado, la actual tasa nacional de homicidios se mantiene a un nivel no visto desde 2017, que es aproximadamente 11 por ciento más alta que la tasa anterior a la pandemia.

Debido en gran parte a una reducción de lesiones agravadas, el delito más común, el número de víctimas de crimen violento bajó 3 por ciento. Eso corresponde a una disminución de 3.5 por ciento en la tasa de delito violento, colocándola un poco más alta que el mínimo histórico. Además, la tasa de robos fue la segunda más baja desde por lo menos 1990.

La tasa de latrocinio, que incluye hurtos en tiendas y otros tipos de robo a propiedad, también cayó, hasta ocupar el segundo lugar entre las más bajas desde por lo menos 1990. (La más baja fue durante la pandemia del COVID-19, cuando las oportunidades de hurto eran mucho más limitadas). La tasa de robo con fuerza en las cosas se redujo en 8.1 por ciento, otro récord mínimo. Sin embargo, el robo de vehículos siguió aumentando marcadamente, como lo viene haciendo en años recientes. Como en años pasados, esto se debe en parte a los problemas de seguridad de ciertas marcas de vehículos.

Cabe destacar que el FBI modificó varias cifras de años pasados, entre ellas el número de homicidios. Al parecer ahora, el homicidio bajó en 2021 y se mantuvo estable en 2022. Los datos del año pasado muestran poco cambio entre 2020 y 2021, y una gran reducción en 2022. Esas modificaciones son de esperar en todo informe anual, una práctica común con casi todos los datos que el gobierno reporta, y probablemente se originen en la incertidumbre persistente sobre los cálculos del FBI de 2021.

 

 

 

Desestimación de los mitos sobre los datos delictivos

Algunos políticos y comentaristas han tratado de suscitar dudas sobre los datos de criminalidad y han llegado a argumentar que las cifras del FBI quizá sean fraudulentas, hayan sido manipuladas o estén incompletas. Pero esas afirmaciones son erróneas y socavan nuestra capacidad de entender y dar solución a los verdaderos problemas de seguridad pública.

En primer lugar, como se señala anteriormente, el informe de este año del FBI se basa en datos de departamentos de policía que abarcan el 94 por ciento de la población, lo que corresponde a niveles de participación anteriores. Es cierto que el FBI tuvo una marcada disminución de un solo año en participación policial en 2021, cuando pasó a un nuevo sistema de reportar datos.

Pero el informe de este año, al igual que el del año pasado, resuelve ese problema al combinar datos recopilados bajo el sistema nuevo y el antiguo. De hecho, un análisis minucioso de los datos del FBI de este año muestra que por lo menos 80 de las 90 ciudades más grandes, entre ellas Nueva York, Chicago, Los Ángeles, San Francisco y Washington, DC, aportaron datos de todo un año. Podemos y debemos mejorar cómo se recopilan y reportan los datos de criminalidad, y todavía hay vacíos, como suele suceder con datos de estas dimensiones y complejidad. Pero es un error afirmar que los datos anuales del FBI de 2023 no son exhaustivos.

En segundo lugar, las disminuciones que el FBI reporta son bastante parecidas a los cálculos de investigadores independientes. Por ejemplo, el Council on Criminal Justice calculó una reducción de 10 por ciento en homicidios entre el 2022 y 2023 y una disminución moderada en delitos de lesiones agravadas, lo que coincide con el informe del FBI de una reducción de aproximadamente 3 por ciento tanto en delitos violentos como en delitos de lesiones.

Los datos sobre homicidios, por sí solos, también son confiables. Las autoridades policiales y de salud pública colaboran estrechamente en los casos de homicidio y, como resultado, tanto el FBI como los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) registran estos crímenes. Las tendencias respecto a homicidios en estas fuentes son muy parecidas y tal ha sido el caso durante muchos años. Una discrepancia menor surgió en 2021, un año anómalo con los datos del FBI, pero los datos de los CDC correspondientes a 2022 y 2023 vuelven a mostrar una disminución que se ve tanto en las fuentes del FBI como de la policía.

Finalmente, hay quienes han señalado otro conjunto de datos del gobierno, la Encuesta Nacional de Victimización Criminal (National Criminal Victimization Survey o NCVS por sus siglas en inglés), para argumentar que el crimen en realidad ha aumentado si se consideran los delitos que nunca se reportan a la policía. Pero este es un error doble.

Para comenzar, el más reciente informe de NCVS no muestra ningún indicio de un repunte en crimen no reportado. Además, si bien examinar la encuesta es una manera importante y complementaria de entender el crimen, sus encuestas de 2020 y 2021 fueron anómalas, probablemente debido a las dificultades para recopilar datos durante la pandemia. Si se eliminan esos años, se ve que el nivel de victimización de crímenes es relativamente similar entre 2019 y 2023. Esa tendencia es bastante congruente con los datos del FBI.

El homicidio y los crímenes violentos cayeron el año pasado y, según todos los datos disponibles, siguieron bajando hasta mediados de 2024. No hay duda de que todavía existe el reto de reducir aún más la criminalidad, en particular si se considera que el delito con frecuencia está distribuido de manera desigual, lo que significa que algunas ciudades y vecindarios siguen teniendo una alta tasa de criminalidad. Los encargados de formular políticas públicas deben usar los datos del FBI de este año para identificar qué medidas han ayudado a reducir el delito y dedicarse a ampliar esos logros el año que viene.

Traducción de Keynotes Translations and Editorial Services