Desde que el gobierno federal formalmente dio a los nativos americanos el derecho al voto en 1924, estas comunidades han tenido que luchar para poder votar.
Los datos preliminares del FBI, por más imperfectos que sean, confirman una fuerte tendencia en descenso de la delincuencia, lo cual desmiente los intentos de culpar a la reforma de justicia penal por los abruptos aumentos en la violencia durante la pandemia.