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Resumen de leyes electorales al mes de febrero de 2023

En lo que va del 2023, las legislaturas estatales han presentado 150 proyectos de ley que restringen el acceso al voto, 27 que procuran interferir con las elecciones y 274 que expanden el acceso al voto.

Última Actualización: Febrero 27, 2023
Publicado: Febrero 22, 2023
People voting at a yellow booth holding a child

Las sesiones legislativas de 2023 ya comenzaron en todos los estados, excepto dos, y se ha presentado un número récord de leyes electorales restrictivas.

Al 25 de enero de 2023, las legislaturas de al menos 32 estados han anunciado o presentado 150 proyectos de ley electorales restrictivos. Se clasifica como legislación restrictiva a toda ley o proyecto de ley que le dificulte a la ciudadanía votar, inscribirse para votar o permanecer en las listas de votación, o padrones electorales, en comparación con la legislación estatal vigente.

Estos 150 proyectos de ley restrictivos son más que los proyectos restrictivos que se presentaron para esta misma época en 2021 y 2022, lo cual indica que hay legisladores que están empleando la misma técnica de los últimos dos años para dificultar aún más el voto. La legislación restrictiva suele afectar muchísimo más a los votantes no blancos, y los estudios del Brennan Center han demostrado que incluso una sola disposición restrictiva puede tener un enorme impacto racialmente discriminatorio sobre la ciudadanía.

En 2021, los estados promulgaron más leyes electorales restrictivas que desde que comenzamos a realizar el seguimiento de este tipo de legislación en 2011, pero el mayor ritmo en la presentación de estas leyes de este año no se traducirá necesariamente en un mayor número de leyes aprobadas. A comienzos del año 2022 también se registraron más proyectos de ley presentados que en 2021, pero se aprobaron menos leyes hacia el final del año.

Durante las primeras semanas de 2023, se anunciaron o presentaron al menos 27 proyectos de ley que buscan interferir con las elecciones en 10 estados. Se clasifica como legislación que procura interferir con las elecciones si ocurre alguno de estos dos casos: aumentan las oportunidades para que haya interferencia electoral partidista en la administración de las elecciones o en sus resultados, o amenazan a la ciudadanía y a los procesos democráticos que posibilitan el correcto funcionamiento de las elecciones.

Este tipo de legislación incluye proyectos que crean entidades controladas por el poder político del gobierno para enjuiciar delitos electorales; permiten a actores políticos solicitar, iniciar o llevar a cabo auditorías de cualquier elección; imponen nuevas sanciones penales sobre autoridades electorales por realizar actividades rutinarias de administración electoral; o imponen la prohibición de usar máquinas para contar boletas en todo el estado.

Dos de las propuestas más radicales en este sentido son un proyecto en Texas que les permitiría a los electores presidenciales ignorar los resultados estatales de una elección, y otro en Virginia que le permitiría a un grupo cualquiera de residentes anular los resultados locales.

Es frecuente que haya un aumento de actividad legislativa en los años impares, cuando comienza una nueva sesión legislativa, en especial durante el año anterior a las elecciones presidenciales. Pero, en realidad, ha habido menos leyes que procuran interferir con las elecciones este año que en el anterior, para la misma época. Esta reducción puede responder al resultado de las elecciones legislativas de 2022, cuando la ciudadanía votó en contra de importantes candidatos que negaban las últimas elecciones presidenciales en varios estados pendulares.

Al mismo tiempo, las legislaturas de al menos 34 estados han anunciado o presentado, como mínimo, 274 proyectos de ley que expandirían el acceso al voto. Se clasifica como legislación expansiva a toda ley o proyecto de ley que le facilite a la ciudadanía votar, inscribirse para votar o permanecer en las listas de votación, o padrones electorales, en comparación con la legislación estatal vigente.

Si bien estos 274 proyectos de ley son menos que los que se presentaron para la misma época en 2021, son más del doble que los presentados para la misma época el año pasado.

Legislación restrictiva

Al 25 de enero, en las legislaturas de 32 estados se presentaron o anunciaron por lo menos 150 proyectos de ley restrictivos, y Nueva Jersey traspasó 23 de este tipo de proyectos del año anterior. Esta cifra supera ampliamente las 104 leyes restrictivas que se presentaron en 29 estados en 2021 para esta misma época, lo cual define a 2022 como un año récord en cuanto a la presentación de legislación restrictiva.

A pesar de este aumento en la legislación restrictiva de este año en todo el país, ninguna se ha presentado hasta el momento en Georgia, un estado caracterizado por haber promulgado bastante legislación restrictiva durante los últimos años y donde se aprobaron cuatro leyes de interferencia electoral el año pasado. 

[Nota editorial: Después del 25 de enero, la fecha límite para los proyectos de ley que se incluyeron en esta edición de nuestro resumen de leyes electorales, Georgia sí presentó un proyecto de ley restrictivo en su legislatura. Pero no se incluyó en los datos de este resumen.]

Al igual que en los últimos dos años, más de la mitad de los proyectos de ley restrictivos (80) presentados hasta el momento restringiría el acceso a la votación por correo. Pero este año es diferente a los anteriores porque también se están presentado numerosas leyes de identificación de votantes (51), entre ellas, proyectos que obligarían al electorado a presentar una forma de identificación con foto o un documento que demuestre su condición de ciudadanía. Otros proyectos de ley permitirían llevar a cabo purgas de votantes potencialmente defectuosas y restringirían la votación anticipada, ya sea porque acortarían el período de votación anticipada o la eliminarían por completo.

Restricciones al voto por correo

A pesar de la seguridad y ausencia de riesgos demostradas que tiene la votación por correo, algunas legislaturas estatales siguen restringiendo este método de votación. Esta tendencia comenzó en la sesión legislativa de 2021, como contragolpe a la ampliación exitosa que tuvo el voto por correo durante la pandemia, y es impulsada por las falsas alegaciones de que el voto por correo es un vehículo de fraude electoral generalizado.

Por lo menos 80 proyectos de ley en 23 estados restringirían el voto por correo en distintos aspectos, ya que harían más difícil solicitar y emitir una boleta de voto por correo o que se cuente esa boleta. Estos proyectos impondrían nuevas restricciones sobre quiénes cumplen los requisitos necesarios para votar por correo, crearían nuevos requisitos de identificación de votantes para solicitar y devolver las boletas por correo, acortarían los plazos para solicitar y devolver las boletas por correo, eliminarían las listas de votantes en ausencia permanentes, y eliminarían o restringirían el uso de buzones para devolver las boletas.

Requisitos más estrictos sobre la identificación de votantes

Hasta la fecha, 22 estados han presentado 51 proyectos de ley para imponer requisitos nuevos o más estrictos de identificación de votantes para su inscripción o la votación en persona. Esta tendencia está relacionada con los esfuerzos de ponerle freno al fraude electoral generalizado, que, en realidad, no existe. Imponer requisitos estrictos de identificación de votantes, como el de presentar una identificación con foto, desde siempre ha afectado muchísimo más a la ciudadanía no blanca, a la población con discapacidades y a las comunidades de bajos ingresos, que enfrentan importantes obstáculos para obtener una forma de identificación con foto. Por lo menos 32 de estos proyectos le requerirían al votante presentar una identificación con foto para votar en persona.

Hay varios proyectos de ley de este tipo en Nebraska, donde en las elecciones legislativas de 2022 la ciudadanía votó a favor de una iniciativa de ley incorporada en las boletas que autoriza a la legislatura a exigir una forma de identificación con foto para votar, sin especificar los detalles de ese requisito.

No es de sorprender que algunas de estas propuestas imponen los requerimientos más restrictivos en cuanto a la identificación de votantes. Por ejemplo, uno de los proyectos exigiría presentar una forma de identificación con foto que haya sido expedida por el gobierno federal o estatal o por una autoridad indígena (y no por el gobierno local), que esté válida y no se venza en los próximos 60 días. A todo votante que no presente una forma de identificación aceptada el día de las elecciones solo se le contará su voto si regresa con dicha identificación dentro de un período determinado. Los otros dos proyectos ofrecen mucha más flexibilidad en cuanto a las formas aceptadas de identificación con foto y sus fechas de vencimiento.

Además, de los 51 proyectos de ley restrictivos, por lo menos 13 requieren que el votante presente un documento que demuestre su condición de ciudadanía para emitir su voto o registrarse para votar. Por ejemplo, un proyecto de ley en Nueva York requeriría que toda persona que solicita su inscripción para votar por primera vez deba presentar el original o copia certificada de su acta de nacimiento, pasaporte estadounidense válido o certificado de naturalización o ciudadanía.

Dos proyectos de ley en Dakota del Norte también requerirían un documento que demuestre ciudadanía para votar en persona. Este tipo de legislación que requiere demostrar la condición de ciudadanía suele justificarse con argumentaciones falsas de que votan enormes cantidades de personas no ciudadanas. Este tipo de legislación alienta a la discriminación en los sitios de votación o termina privándoles del derecho a votar a muchísimas personas elegibles, porque puede ser costoso y requerir mucho tiempo obtener documentos oficiales que demuestren condición de ciudadanía.

Legislación que procura interferir con las elecciones

Al 25 de enero, se presentaron o anunciaron por lo menos 27 proyectos de ley que procuran interferir con las elecciones en 10 estados. Si bien muchos candidatos electorales prominentes que negaron las últimas elecciones presidenciales y diseminaron mentiras sobre supuestas irregularidades y fraude electoral perdieron en las elecciones legislativas de 2022 en varios estados pendulares, el movimiento para socavar nuestro sistema electoral continúa librando batalla en algunas legislaturas estatales. El estado con el mayor número de este tipo de legislación es Texas, cuya legislatura no celebró sesiones en 2022 y presentó cinco proyectos de ley que procuran interferir con las elecciones.

Proyectos de ley que permiten a actores partidistas anular resultados de una elección

Dos proyectos en Texas y Virginia brindarían nuevas oportunidades a electores presidenciales en Texas y a la ciudadanía en Virginia de anular los resultados de una elección.

El proyecto de ley en Texas impondría un novedoso obstáculo al proceso de certificación de elecciones al requerir que todo candidato a presidente o vicepresidente que haya ganado las elecciones certifique, antes de que vote el Colegio Electoral, que tiene la capacidad y disposición de ejercer la función para la que fue electo. Si el candidato ganador da fe de esto, sus electores presidenciales aún deben confirmar o negar su declaración de fe antes de emitir su voto presidencial. Si la mayoría de los electores niegan la declaración del candidato, la reglamentación que dice que los electores deben emitir su voto a favor de los candidatos a presidente y vicepresidente del partido político que los nominó ya no aplica. En la práctica, este proyecto de ley parece permitirles a los electores rechazar al candidato de su propio partido político.

El proyecto de ley de Virginia le permitiría a la ciudadanía exigir la realización de una auditoría denominada “forense” de los resultados de una elección, si así lo solicita una autoridad electa, un trabajador electoral o una petición firmada por al menos 1,000 residentes. Después de concluida la auditoría, este proyecto de ley le permitiría a un grupo cualquiera de residentes locales anular los resultados de la elección, y los puestos vacantes se ocuparían por nombramientos judiciales interinos y con una nueva elección. Este mismo proyecto también ordena la realización de una auditoría de las elecciones de 2020.

Proyectos de ley que imponen o aumentan la imposición de sanciones penales o civiles por actividades rutinarias de la administración electoral o por error humano

La legislación que se propuso este año aumentaría la penalización de actividades relacionadas con la administración electoral y permitiría que actores partidistas hagan cumplir estas disposiciones.

Proyectos de ley que politizan la autoridad procesal relacionada con las elecciones

Tres proyectos de ley en Texas politizarían la autoridad procesal en cuestiones electorales. Dos, ya analizados en el resumen de las leyes electorales de diciembre, trasladarían las responsabilidades procesales de iniciar causas penales al secretario o la secretaria de estado, quien podría nombrar a alguaciles electorales encargados de investigar cualquier infracción de las leyes electorales y presentar cargos penales.

El tercer proyecto de Texas obligaría a las fiscalías locales a procesar todo delito electoral y, de no hacerlo, sufrirían sanciones civiles. Estos proyectos les quitarían la autoridad procesal a las fiscalías, que deben funcionar con independencia y libres de interferencia política.

También se presentaron dos proyectos de ley parecidos en Florida y Georgia durante 2022.

En Florida, la nueva oficina de delitos electorales no tardó en demostrar los daños que puede hacer la politización de las fuerzas policiales y judiciales durante las elecciones. Cinco días antes de las elecciones primarias de 2022, el gobernador anunció una serie de arrestos contra personas que tenían antecedentes de condenas penales, supuestamente por haberse registrado para votar o votar en las elecciones de 2020 cuando no eran elegibles.

Estos procesamientos penales afectaron a personas cuya elegibilidad fue casi imposible de determinar para el estado; y no eran casos de fraude electoral deliberado.

Proyectos de ley que imponen nuevas sanciones penales o civiles sobre autoridades electorales

Por lo menos 16 proyectos de ley en 8 estados impondrían nuevas sanciones penales o civiles sobre autoridades electorales por llevar a cabo actividades rutinarias o cometer un error humano durante la administración electoral.

Como se detalló antes, por lo menos dos proyectos de ley en Arizona y Texas permitirían a actores partidistas iniciar un proceso de auditoría que podría terminar en sanciones civiles contra funcionarios electorales. Otro proyecto de ley en Nebraska impondría una sanción de delito menor cada vez que un trabajador electoral no solicite ni verifique la identificación con foto de un votante.

Tres proyectos de ley en Oklahoma, Dakota del Sur y West Virginia impondría sanciones civiles o penales sobre los trabajadores electorales que no les otorguen a los observadores electorales una mayor libertad para observar los procesos electorales. Estas propuestas les quitarían autoridad a los funcionarios electorales, que ya no podrían hacer retirar a todo observador electoral problemático, y pueden tener un efecto paralizador sobre los trabajadores electorales.

Una ley parecida fue promulgada en Texas en 2021 y, hoy en día, es objeto de un litigio presentado por el Brennan Center junto con otras organizaciones.

Proyectos de ley que buscan iniciar revisiones electorales partidistas

Este año, las legislaturas han presentado al menos cinco proyectos de ley en cinco estados que permitirían iniciar revisiones electorales partidistas. Estas revisiones carecerían de transparencia y no cumplirían con los requisitos básicos de seguridad, precisión y credibilidad.

Si bien el año pasado no se aprobó ninguno de estos proyectos de ley, esta legislación es parte de un movimiento que se inició y continúa en las legislaturas estatales para debilitar la confianza del público en el proceso electoral.

Dos proyectos de ley en Arizona y Texas permitirían a actores partidistas iniciar un proceso de auditoría impreciso que se podría traducir en sanciones civiles contra las autoridades electorales. Tanto el proyecto AZ H.B. 2078 como el TX H.B. 589 les permitiría a candidatos o representantes de los partidos políticos exigirle a un funcionario electoral local que brinde explicaciones y la documentación necesaria si este candidato cree que el funcionario no cumplió con el código electoral o que hubo “irregularidades” en los resultados.

Estos proyectos no definen el término “irregularidades”. Si el actor partidista no se contenta con la respuesta que le dio el funcionario electoral local, puede solicitar una auditoría a la secretaría de estado, que, en última instancia, puede evaluar la imposición de sanciones civiles contra el funcionario local por cualquier infracción del código electoral que no hubiera sido corregida.

Dos proyectos de ley en Missouri y Virginia le concederían a la ciudadanía el poder de iniciar revisiones electorales. El de Missouri le permitiría a cualquier votante registrado disputar los resultados de una elección por creer que ha habido irregularidades. Antes, solo los candidatos podían disputar los resultados de una elección y solamente por los puestos para los que se habían presentado a elecciones. Esta propuesta acrecentaría el riesgo de llevar a cabo revisiones electorales infundadas que, al fin y al cabo, debilitan la confianza del público en las elecciones.

Proyectos de ley que requieren un conteo manual

Por lo menos cinco proyectos de ley en cuatro estados prohibirían el uso de máquinas para llevar a cabo los conteos iniciales de las boletas en todas las elecciones.

Un proyecto de ley en Arizona exigiría que el conteo manual de todas las boletas emitidas el día de las elecciones se finalice dentro de las 24 horas de cerrada la votación. Todos los conteos manuales, excepto en las jurisdicciones más pequeñas, son muy lentos y extremadamente proclives al error.

La reciente demanda por contar a mano las boletas de voto está motivada por la falsa teoría conspirativa de que las máquinas de votación son imprecisas y fáciles de hackear. Si bien el conteo manual de todos los votos en una contienda reñida en particular puede ayudar a discernir la voluntad de los votantes, y si bien los conteos manuales parciales son una parte importante de las auditorías poselecciones que, con frecuencia, se realizan para verificar la precisión de las máquinas de votación, una ley que exija conteos manuales totales produciría muchos más errores que las máquinas de tabulación de votos y generaría largas demoras en la certificación de los resultados de una elección.

Legislación expansiva

Al 25 de enero, 34 estados anunciaron o presentaron 274 proyectos de ley expansivos, y Nueva Jersey traspasó 24 de este tipo de proyectos del año pasado. La mayoría de los proyectos de ley expansivos que se presentaron este año se centra en el objetivo de ampliar el acceso al registro de votantes, mejorar el acceso a la votación por correo y restaurarles el derecho al voto a las personas que tienen antecedentes de condenas penales.

Otros proyectos ampliarían o crearían oportunidades de votación anticipada en persona o aumentarían la cantidad de formas aceptadas de identificación de votantes.

En Minnesota, la legislatura ha demostrado su compromiso por priorizar el acceso al voto, con al menos 17 proyectos de ley —entre ellos, un proyecto ómnibus— que ampliarían el acceso al voto en varios aspectos como, por ejemplo, restaurándoles el derecho al voto a personas con condenas de libertad supervisada, estableciendo un sistema de registro automático de votantes, creando listas de votantes en ausencia permanentes, y ofreciendo material de votación en otros idiomas que no sea inglés.

Proyectos de ley que facilitan el registro de votantes

A diferencia de lo que ocurrió hace dos años, la expansión de la votación por correo ya no es el objetivo principal de legisladores que procuran ampliar el acceso al voto. En cambio, ahora son más frecuentes los proyectos de ley que buscan ampliar el acceso al registro de votantes, los cuales equivalen a la tercera parte de toda la legislación expansiva presentada hasta el momento.

Por lo menos 88 proyectos de ley en 21 estados ampliarían las oportunidades de inscripción de votantes. Entre otros aspectos, este tipo de legislación crearía o ampliaría los sistemas de registro automático de votantes, permitiría el registro de votantes el mismo día de las elecciones, ampliaría las oportunidades de inscripción a todo estudiante elegible de escuelas secundarias o universidades, y crearía un sistema de registro de votantes online.

Proyectos de ley que mejoran el acceso al voto por correo

Al menos 67 proyectos de ley en 25 estados ampliarían el acceso al voto por correo. Algunos expanden las categorías de votantes que pueden votar por correo, entre ellos, al menos 8 proyectos en Connecticut, Missouri, Nueva York y West Virginia, que permitirían el voto por correo sin necesidad de presentar justificativo.

Además, al menos 12 proyectos de ley en Alaska, Massachusetts, Minnesota, Nebraska, Nueva York, Oklahoma y West Virginia crearían listas de votantes en ausencia permanentes.

Otros proyectos establecerían un proceso de notificación y corrección de errores en las boletas de voto por correo, brindarían oportunidades de solicitar y realizar el seguimiento por internet de boletas de voto por correo, y colocarían un franqueo prepago para devolver las boletas por correo.

Proyectos de ley que permiten restaurar el derecho al voto a personas con condenas previas

Este año, se presentaron por lo menos 62 proyectos de ley que buscan restaurar el derecho al voto en 14 estados. Los proyectos de Arizona, Illinois, Massachusetts, Missouri, Nebraska y Nueva York les restaurarían el derecho al voto a las personas con condenas por delitos mayores, sin considerar su estado de encarcelamiento y con muy pocas excepciones.

Los proyectos de ley en Minnesota, Missouri, Texas y West Virginia se lo restaurarían a las personas en libertad condicional o con sentencias de libertad vigilada después de una condena por un delito mayor. Y los proyectos de ley en Tennessee y Virginia restaurarían automáticamente el derecho al voto, en lugar de que la persona tenga que solicitar la restauración (como en Tennessee) u obtener la aprobación del gobernador (como en Virginia).

Iniciativas de ley incorporadas en las boletas electorales

Al menos 35 proyectos de ley en 12 estados abordan los procesos dispuestos para hacer que una propuesta se incorpore en las boletas electorales o se vuelva ley.

Las iniciativas de ley incorporadas en las boletas pueden brindarle a la ciudadanía una oportunidad directa de decidir sobre las leyes estatales. Si bien la mayoría de las propuestas para modificar el proceso de iniciativas de ley incorporadas en las boletas realizarían pequeñas modificaciones en la reglamentación actual —como la de regular la información que se coloca en las peticiones de las boletas—, algunas podrían afectar considerablemente el peso de la ciudadanía a la hora de decidir sobre las leyes estatales. Por ejemplo, algunos proyectos de ley establecerían por primera vez un proceso de iniciativas propuestas por la ciudanía.

Por otro lado, las legislaturas de Arizona, Missouri y Dakota del Norte han propuesto al menos siete proyectos de ley que dificultarían este proceso. Estos proyectos aumentarían el mínimo de signatarios necesarios para que una iniciativa propuesta por la ciudadanía se incorpore en la boleta (como en el caso de Missouri y Dakota del Norte), o bien aumentarían el mínimo de votos necesarios para que se apruebe una iniciativa incorporada en la boleta (Arizona y Missouri).

Otro proyecto de ley en Mississippi restituiría el proceso de iniciativas de ley incorporadas en la boleta que tenía el estado después de que la corte suprema estatal lo anulara en 2021, pero eliminaría el poder de la ciudadanía de presentar iniciativas de ley que busquen modificar la constitución estatal, y crearía un largo proceso para que la ciudadanía pueda proponer iniciativas de ley para su incorporación en el calendario legislativo y su posterior debate.

 Traducción de Ana Lis Salotti.